Animales y decires (I)

“Buscar la quinta pata al gato” es una expresión coloquial que da a entender que alguien encuentra problemas o dificultades donde éstos no existen.

Animales y decires (I)
Errores de la calle (parte II) - Por María del Rosario Ramallo

¡Cómo nos gusta en nuestras comunicaciones diarias hacernos entender a través de locuciones que son familiares para el entorno o con comparaciones que facilitan la comprensión! Un modo de lograrlo es a través de la mención de animales, en frases hechas como las que explicaré a continuación:

“A OTRO PERRO CON ESE HUESO”: Si consultamos el Refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes, nos encontramos con que la idea clave de esta paremia es el engaño; en cuanto a su significado, nos dice este refranero que se emplea para rechazar un abuso o un ofrecimiento engañoso o impertinente. Quien lo dice da a entender que no acepta pasar por tonto. Se registra ya en Cervantes, citado en el Quijote: “[…] A otro perro con ese hueso —respondió el ventero—. ¡Cómo si yo no supiese cuántas son cinco, y adónde me aprieta el zapato!” (I, 32).

“METER EL PERRO”: Esta locución tiene en común con la paremia anterior su tema central, el engaño. Se puede decir también ‘meter la mula’ y, según el Diccionario integral del español de la Argentina, se usa a nivel coloquial para significar que se pretende engañar o estafar a alguien: Me parece que el taxista me metió el perro, nunca me sale tan caro ese recorrido. En el mundo del engaño, también es posible usar una expresión en que se involucra a un animal por otro: ‘dar/meter/hacer pasar/vender gato por liebre’, locución verbal que da a entender que se engaña a una persona, entregándole una cosa de poco valor como algo mejor de lo que es: Los proveedores muchas veces te quieren meter gato por liebre.

“BUSCAR LA QUINTA PATA AL GATO”: Es una expresión coloquial que da a entender que alguien encuentra problemas o dificultades donde no existen, como en Ya se tomó una decisión, dejen de buscarle la quinta pata al gato. La locución surge de una evidencia: es inútil buscar en un animal cuadrúpedo, en este caso el gato, la existencia de una pata adicional.

“SE MANDÓ UNA BURRADA”: El término ‘burrada’ posee una connotación negativa porque, coloquialmente, es un “dicho o hecho necio o brutal”. Esta connotación proviene de la segunda acepción del vocablo ‘burro’, como una “persona bruta e incivil”. También se le llama ‘burrada’, en lenguaje coloquial, a una “barbaridad”, entendida como una “cantidad grande”: Una burrada de coches.

Esta consideración colectiva de poca valoración para el burro se ve en expresiones como ‘es un burro cargado de letras’, para aludir a una persona que, a pesar de haber estudiado mucho, no discurre con inteligencia. También la locución verbal ‘apearse/bajarse alguien del burro o de la burra’ da a entender, en forma coloquial, que reconoce su error respecto de algo. Además, cuando a una persona se le escapan palabras que no quería decir, se usa la expresión ‘írsele la burra’: Juan, exaltado, no se dio cuenta y ¡se le fue la burra!

“MEMORIA DE ELEFANTE”: A nadie escapa el tamaño que posee un elefante; por eso, la creencia popular asocia esa dimensión a la capacidad de su memoria y al tamaño de su cerebro que, según las investigaciones científicas, llega a pesar hasta 6 kilos. Aunque el tamaño del cerebro no esté en directa relación con la capacidad de memoria, sí es comprobable cómo un elefante es capaz de recordar con precisión la ubicación de cientos de pozos naturales de agua, enterrados bajo el suelo reseco. Ello les permite a las manadas de estos animales no morir de sed.

“TRABAJO DE HORMIGA”: A través de las fábulas, pero también por la observación de los entomólogos, se asocia a las hormigas con seres laboriosos y ahorradores. Su trabajo no solamente es constante sino metódico; además, la hormiga no trabaja en soledad: lo hace en colaboración, forma equipo. Por ello, cuando se quiere destacar cómo una labor ha sido incesante, sin prisa pero sin pausa, hasta conseguir un fruto, se dice que el trabajo realizado es ‘de hormiga’.

“VISTA DE LINCE”: En primer lugar, hay que determinar qué es un ‘lince’. El diccionario nos dice que es un mamífero félido de pelaje rojizo, con manchas oscuras; pero lo interesante es que la segunda acepción (“persona que tiene vista aguda”) solamente puede explicarse a través de una búsqueda etimológica. Nos dice Fernando García Romero, de la Universidad Complutense de Madrid, que la expresión original era griega: ‘tener ojos o vista de Linceo’; luego, hubo una deformación, probablemente medieval, porque el vulgo no conocía quién era Linceo (personaje de la mitología griega a quien se le atribuía una vista agudísima, capaz de atravesar objetos y hasta la tierra para descubrir los metales escondidos en ella).  Al no identificarse a este personaje, se busca el vocablo más parecido, ‘lince’, y se le atribuyen al animal las propiedades del ser mitológico.

“LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO”: Esta paremia está incluida en el Refranero multilingüe del Instituto Cervantes; allí se nos dice que la idea clave del dicho es el exceso y que se emplea cuando alguien se interesa demasiado por conocer todos los detalles de un tema. Destaca el Refranero que se trata de una forma en vigencia en el español actual. Pero, además, una rápida búsqueda en las redes nos remite a su origen en una frase inglesa del siglo XVI, “Care killed the cat” que, al traducirse al español, nos da “El cuidado mató al gato”. Con ella se daba a entender que una excesiva preocupación por algo puede resultar perjudicial.

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