Quizás resulte impensable en estos días comprender que hace 100 años el anarquismo era una de las corrientes políticas más importantes de Mendoza, dirigiendo federaciones obreras, organizando sindicatos y dándole un lugar importante a la mujer trabajadora.
Sin embargo, la provincia no estuvo exenta del crecimiento que tuvo a principios del siglo XX esta corriente vinculada a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA).
En el año 1908 llegó a poseer 5 de las 85 sociedades que reunía la FORA a nivel nacional, aunque su desarrollo más importante se dio a fines de la década del 10 y principios de la siguiente.
La convulsionada Mendoza
En octubre de 1919, durante el gobierno de José Néstor Lencinas, se desarrolló la última huelga general del año organizada por la Federación Obrera Provincial Mendocina (FOPM). Este emblemático conflicto, encabezado por las maestras, que comenzó por reclamos salariales y contra el director general de Escuelas Enrique Julio, llegaba a su fin con una fuerte represión, deportación de dirigentes sindicales, persecución a huelguistas y ataque a locales obreros, entre otras acciones represivas. La derrota que sufrieron las y los trabajadores mendocinos fue tan dura que la FOPM y buena parte de los más de 50 gremios que la componían, quedaron desarmados. Esta federación, que en ese entonces se encontraba dirigida por la corriente sindicalista, y donde también participaban socialistas y anarquistas, quedó totalmente desmembrada y sin un horizonte claro.
A comienzos de la década del 20, un grupo de anarquistas de la provincia que tenía simpatías hacia la FORA Comunista, volvió a editar su periódico “Pensamiento Nuevo”, el cual no había salido desde 1910. Las páginas de esta prensa, que se reivindicaba ácrata y luchaba por la emancipación social y económica de los oprimidos, además de realizar debates político-ideológicos y dar a conocer noticias sobre conflictos de trabajadores, bregaba por la reorganización sindical del movimiento obrero mendocino. Luego de varios intentos fallidos, se realizó un Congreso Obrero en septiembre de 1921 y se refundó la FOPM de la mano del anarquismo local que ya se encontraba totalmente ligado a la FORA Comunista.
Recordemos que en ese momento, la FORA V° Congreso (de orientación anarquista) pasa a denominarse FORA Comunista, para diferenciarse de la FORA dirigida por la corriente sindicalista (FORA IX° Congreso).
A partir de entonces y al menos hasta el año 1923 apareció una nueva prensa anarquista, “Surco Proletario”, cuyo lema era: “Hermanos son los déspotas y los explotadores del mundo; y unidos están por el oro y el poder. Hermanos somos también los trabajadores del mundo y solo falta el ideal que nos una contra nuestros tiranos. ¡Trabajemos para que ese ideal sea el comunismo anárquico”!. Según este periódico, entre 1922 y 1923 la FOPM se componía de decenas de gremios de la mayoría de los departamentos de la provincia. Sus páginas mostraban el rechazo a la intromisión del Estado y los organismos represivos en los asuntos laborales. Por ejemplo, amenazando con ir a la huelga en caso de que se aplicara un decreto por el cual los obreros que trabajaban en diferentes industrias debían obligadamente tener una libreta con su fotografía y un duplicado del mismo, que sería destinado a las oficinas de investigaciones de la provincia. Asimismo, se dedicaban extensas notas a la lucha ideológica con otras corrientes que intervenían en el movimiento obrero mendocino, tales como el sindicalismo, lencinismo, socialismo y comunismo. Por otro lado, eran muy frecuentes las campañas de boicot a diferentes productos por diversos motivos, entre ellos contra una reconocida fábrica de cerveza que supe explotaba a sus obreros e incumplía los convenios laborales -una de sus etiquetas aún permanece vigente en el mercado-, diversas marcas de cigarrillos -entre ellas la otrora famosa 43/70-, y hasta una panadería de la provincia llamada “La Nacional”.
¿Y las obreras anarquistas?
Las prensas libertarias de Mendoza dan cuenta de la existencia del Sindicato de Servicio de Doméstico, compuesto en su totalidad por mujeres. A fines de 1920, “Pensamiento Nuevo” publicó una carta firmada por la obrera Dalila Gutiérrez de la Unión Servicio Doméstico, quien criticaba a sus compañeros varones por no colaborar en el crecimiento de su organización y los increpaba diciendo: “Así como tú, compañero, vas a tu sindicato, haz por que la mujer también vaya al suyo, porque la mujer tiene un gran papel que desempeñará en la educación de los hombres del mañana…”. Unos pocos meses después, desde la misma publicación se incitaba a las obreras de este sindicato a realizar denuncias en sus páginas sobre patrones abusivos y explotadores.
Finalmente, para el acto del 1° de Mayo de 1921 las y los anarquistas de la FORA Comunista trajeron a la reconocida obrera Juana Rouco, quien dio una conferencia sobre la educación de la mujer y su rol en la industria y actividades artísticas. La manifestación de esta conmemoración fue presidida por las obreras del servicio doméstico, quienes marcharon delante de más de 5.000 manifestantes.
Las vicisitudes del anarquismo local han sido escasamente exploradas y analizadas. Sin embargo, las pocas pistas que encontramos hasta el momento muestran que fue una tendencia política muy importante y con una gran llegada hacia la clase oprimida; por lo que es necesario seguir explorando sus derroteros.
*La autora es becaria doctoral. Incihusa-Conicet.