La larga pandemia ha aislado a los adultos mayores de la presencia de nuestros afectos, la soledad, el miedo, los malestares propios de la edad, nos han colocado en un una zona de riesgo. Los geriátricos cada vez albergan más personas, colocándolos en un escenario de vulnerabilidad.
Por otra parte, la amabilidad, la empatía, la solidaridad, la paciencia, parecen haber desaparecido de lugares públicos como el Anses, el Pami o algunas oficinas públicas o privadas que nos deben atender.
Y ahora, los ajustes jubilatorios de aquellos que aportaron toda su vida con trabajos decentes y no con dádivas estatales. ¿Cómo podemos sobrevivir si no alcanzan a cubrir sus necesidades esenciales?
La etapa de los adultos mayores es el tiempo de la experiencia, de la sabiduría, de la creación, de la solidaridad con hijos y nietos. En estos escenarios, cuántos abuelos cuidan a sus nietos/as, mientras sus padres trabajan. Hasta hemos revalorizado el valor de jugar, de la palabra cariñosa, de los cuentos infantiles.
Sería largo de mencionar que cuántas mentes brillantes brindan sus conocimientos en la ciencia, en la música, en la literatura, en la política y el arte, son adultos mayores.
Recordemos que el envejecimiento poblacional, un fenómeno que hasta hace unas pocas décadas era característico solo de los países más desarrollados y de algunos algo desarrollados, se está extendiendo, inexorablemente, a todo el mundo, de manera que nuestro siglo 21 ya es denominado como; “El siglo del envejecimiento demográfico”
Con mucha fe les presento el movimiento Adultos en Acción (AeA) integrado por mendocinas y mendocinos que trabajamos en la promoción y protección de derechos de personas mayores
Los Adultos en Acción, consideramos nuestro pedido como un verdadero reclamo por los adultos mayores, que de una vez por todas deben ser visibilizados.
Seamos, entonces, los constructores de nuestro propio camino, valorando y compartiendo ideas, sentimientos, emociones, proyectos, todos y todas será bienvenidos/as.