En estas épocas de aislamiento y distancia social, los mendocinos tenemos ventajas para la realización de actividades artísticas y culturales al aire libre. El clima acompaña y somos los afortunados herederos de una infraestructura diseñada para la contención de multitudes. Promediando los años ’30, el arquitecto Daniel Ramos Correas imaginó la ciudad que hoy tenemos y nos explicó por qué debía tener espacios para concentraciones de 20.000, 10.000 y 5.000 personas. Para la primera, diseñó el Gran Teatro al Aire Libre (hoy, Frank Romero Day) y para la tercera, propuso la explanada de la plaza Independencia. No llegó a concretar el teatro griego para 10.000 personas que debía ubicarse en la rotonda que hoy identificamos por la calesita. Pero no fue eso todo y, en un espacio próximo, proyecto y construyó el Pequeño Teatro (actualmente, Pulgarcito), un escenario increíble para cualquier evento artístico. El teatro Gabriela Mistral, el Espacio Enrique Pescarmona, las explanadas de la Alameda, casa de Gobierno, plazas, predio de la Virgen y tantos otros, deberían estar habilitados para dar respuesta a las necesidades de esparcimiento, cultura y trabajo de la ciudadanía. Porque esto va para largo.
Actividad cultural durante pandemia
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