Creo que es hora que la ciudadanía participe en esta debacle en que se encuentra sumergida la clase gobernante y que desgraciadamente nos perjudica de manera cada vez más profundamente en lo material y lo espiritual.
Si observamos el panorama político en que se desenvuelve nuestra provincia, tenemos a los integrantes del Frente para Todos, Juntos por el Cambio, socialistas, etc, mostrándose en internas degradantes, exhibiendo magros logros o lo que es peor sacándose trapos al sol por las distintas formas de accionar.
En lo referente al tema específico de los asesores debo decir que hemos experimentado tal degradación que aceptamos descargos de nuestros políticos cada vez más ilógicos.
Entiendo que primero nuestros representantes (legisladores en este caso) deben tener cierta preparación para ejercer un debate que haga que nuestra sociedad y nuestro país avance hacia un futuro mejor.
Estimo que deben ser menos pero con sólida formación.
Que el hecho de nombrar asesores obedece a que los mismos no se encuentran capacitados en algunos temas que les toca discutir, por lo tanto, deben recurrir a especialistas.
Entendería que esa es la función de los asesores y no para que hagan trabajos o atiendan “clientes” acrecentando de esta manera el apoyo popular hacia estos mesías de nuestra política, otorgando dadivas o haciendo favores que en definitiva salen de las arcas de los ciudadanos comunes.
Observamos las deficientes normas legales que están circulando y los temas tan faltos de profundidad que a veces se tratan.
Señores, dejen de enseñorearse con los puestos. Olvídense que la política es un cargo a perpetuidad y que tienen que volver a ser mortales (o sea simples ciudadanos). De esta forma lograremos que las cosas empiecen a andar mejor.