Primero vinieron por las Ligas, pero a nadie le importó porque nos traían la televisación y tendríamos al Boca-River en nuestros hogares. Después vinieron por los votos dando migajas a los clubes, porque esa era la forma de que un grupo pudiera mantenerse en el poder y siguiera manejando el fútbol como patrones de estancia. Pero a nadie le importó porque nos traían por televisión a River y Boca.
Crearon el hábito y entonces todos comenzamos a saber más de Tigre o Temperley que de Atlético Argentino o de Atlético Palmira.
Y eso quedó demostrado en la queja de la gente por el entierro de la televisación gratuita. Convirtieron al hincha de fútbol en un habitué al sillón. Nos sacaron la costumbre de ir a las canchas.
Y ya con todo ese monstruo que se hizo grande y pisa fuerte, ahora le dan un mandoble a los humildes.
Quieren sacar los Federales y meter a todos en una bolsa en la que habrá una competencia sangrienta e imposible de sostener.
Ya no importan los clubes de barrio, ya no importan los chicos que buscan ser felices jugando al fútbol. Ya no importa nada más que el dinero y por eso, con habilidad política, los dirigentes del Consejo Federal sacaron a la luz las cifras que varios clubes adeudan a la entidad.
La pregunta acá es si los clubes deben porque son ineficientes o porque están dentro de un sistema perverso.
Porque así como hay dirigentes que no manejan bien los fondos, hay otros que hacen que sus instituciones estén ordenadas. Nada es totalmente blanco ni totalmente negro. Esta semana leía la historia de Chacho Lasquera, presidente de Villa Primavera de Salta, quien, más allá de que se gana la vida cortando pasto y haciendo fletes, tiene al club sin deudas y avanzando en el Federal C.
Esta semana se firmará el certificado de defunción de cientos de instituciones y por ende el del fútbol como deporte.
Porque con las modificaciones el Consejo Federal solo hace el camino hacia la privatización de los clubes, algo que viene pidiendo Macri desde que fue presidente de Boca. Vamos al modelo europeo, en donde los clubes son de capitales extranjeros, muchas veces de desconocida procedencia.
El fútbol dejará de tener el romanticismo de los hinchas que aman al club del barrio y pasará a profundizar la tendencia de ser un negocio en el que se habla más de cifras monetarias que de resultados, en donde hay millonarios
en las canchas y pobres que hacen milagros día a día en las tribunas. Cobrar 1.000 pesos una popular para el partido entre River y Boca en Mendoza es una muestra de hacia dónde estamos yendo.
Hablan de que van a dar vida a las ligas, cuyo campeón se asegurará jugar un play off para poder ir pasando de fases. Pero se olvidan que a las ligas las mataron hace mucho, principalmente desde que los partidos se juegan martes o miércoles por la tarde. Es como querer que la gente ande en caballo, cuando la acostumbraron e incentivaron a comprar automóviles cada vez más confortables.
Y si para colmo de males, la Liga Mendocina avanza con su proyecto de jugar un torneo con sólo jugadores menores de 23 años, la situación se agrava. Como bien dijeron en cientos de publicaciones en redes sociales los técnicos y los jugadores,
es un golpe al proletariado del fútbol. Un vaciamiento de una actividad. Se perderán así cientos de jugadores jóvenes que hoy la rompen con el sueño de llegar al fútbol grande. Varios planteles salieron a la cancha durante la semana con banderas pidiendo que se revea la medida. El caso más emblemático fue el General Paz Juniors de Córdoba, en el que se denunciaba que 3.000 familias se quedaban sin trabajo.
Lo preocupante es que todo se hace de la mano de dirigentes denunciados por corrupción en sus actividades personales. Pablo Toviggino está señalado de formar parte de una organización que usurpa campos que son utilizados para el ingreso de droga al país. Un informe de C5N tuvo testimonios de damnificados y cámaras ocultas donde el hombre podero-so del fútbol del Interior es nombrado como parte del armado ilegal.
Toviggino, junto con el actual presidente 3° de la AFA, Guillermo Raed, ambos de Santiago del Estero, son piezas fundamentales en la construcción de poder que sostiene a Chiqui Tapia al frente de la institución.
Su carrera dentro de la organización rectora del fútbol nacional comenzó de la mano de Luis Segura, quien lo insertó en la conducción del Consejo Federal. Luego fue tesorero del Comité Regularizador y también vicepresidente de Barracas Central, el club de Tapia, para poder ser parte del Comité Ejecutivo.
Como director ejecutivo de la casa madre del fútbol argentino, Toviggino ocupa uno de los pocos cargos rentados y es el encargado de llevar adelante las operaciones de AFA. Acá también podríamos nombrar todo lo cuestionada que está la AFA por los arbitrajes que, aseguran los otros clubes, benefician a Boca.
Ha llegado el momento en que los dirigentes y todo el mundo del fútbol del interior comiencen a recordar que siempre se puede estar peor y comiencen a pintar las "banderas" pidiendo perdón a don Julio Grondona. El "rey" de Sarandí fue hartamente criticado durante su largo mandato y de hecho hoy se lo vincula a la corrupción en la FIFA, pero siempre tuvo cintura política para darles a los clubes del Interior una mano.