La situación de Penitentes sigue dando que hablar y el foco de atención público más próximo está centrado en lo que ocurrirá el próximo invierno, aún cuando restan todavía más de cuatro meses para hablar del inicio de la temporada.
Si bien la intención definitiva del Gobierno de Mendoza es reabrir el lugar en plenitud y ya concesionado como un centro integral de servicio de montaña (no exclusivamente de esquí), es práctica y técnicamente imposible llegar al invierno 2020 con todos los aspectos ya resueltos para poder llevar adelante esta concesión.
Por esto mismo es que no se descarta que, al menos durante el próximo invierno, el centro de esquí vuelva a operar de la misma forma en que lo hizo el año pasado: con un permiso precario y temporal y sólo con los servicios más básicos.
De esta manera -y siempre y cuando las nevadas sean lo suficientemente abundantes como para permitir actividad alguna en el lugar-, el movimiento recién se reanudará en el complejo ubicado en Alta Montaña el próximo invierno.
Esto es algo que ha generado una marcada preocupación entre los propietarios de los edificios Horcones, Juncal, Lomas Blancas, Tolosa y Portezuelo, quienes lamentan que en verano no hayan podido funcionar al menos las telesillas.
"Algunas telesillas funcionaban en verano y los turistas accedían a los miradores de arriba. Hay un enojo generalizado de quienes somos los dueños de los edificios porque era algo que funcionaba todo el verano. Y el problema es que sigue sin haber un plan concreto", lamentó una de las propietarias.
El centro no se encuentra operativo por estos días ya que el permiso que se entregó el invierno pasado -y que quedó en manos de la firma Viento Blanco S.A- sólo estipulaba el manejo durante los tres meses que incluía esa temporada. Desde entonces, en el lugar no se ha registrado actividad.
"Vamos a poner nuestro mayor esfuerzo para recuperar Penitentes y lo podamos convertir en mediano plazo en un centro integral de montaña, que no tenga un uso exclusivo de centro de esquí, incluso sacándole provecho de la proximidad que tiene con el Aconcagua y la cantidad de visitantes que recibe", destacó la ministra de Turismo y Cultura, Mariana Juri.
Y agregó: "Tenemos que pensarlo en un centro de montaña para todo el año".
En diálogo con Los Andes la funcionaria resaltó la dificultad de que todo sea resuelto para el próximo invierno, principalmente por cuestiones técnicas y jurídicas que no dependen exclusivamente del Ejecutivo. "Nos preocupa que la solución definitiva sea con buenos servicios en el centro", explicó.
El conflicto vigente
Luego de que el Gobierno tomara posesión durante el último año de 1.050 hectáreas ubicadas en la zona alta del centro de esquí (donde están las pistas, el parador, las telesillas y el hangar), la tensión se centró desde entonces en las 42 hectáreas ubicadas en el ingreso al centro.
Por medio de una ley sancionada durante la pasada gestión, fueron declaradas de utilidad pública y, hasta tanto se resolviera la situación de fondo, fue para operar este sector que se otorgó el permiso provisorio el invierno de 2019. Esta autorización incluyó solamente a 4 de esas hectáreas en conflicto.
En la actualidad, el proceso judicial que involucra a estas 42 hectáreas sigue en marcha, mientras que el Gobierno sigue estudiando la situación a fondo.
Por esto mismo es que -argumentan- no se puede siquiera encarar todavía la intención de concesionar todo el centro como el ya mencionado parque integral de montaña y con operatividad para todo el año.
En base a este panorama es que toma cada vez más fuerza entonces la posibilidad de que el próximo invierno se repita la operatividad por medio de un nuevo permiso provisorio (habrá que ver si a Viento Blanco S.A o a otro operador).
Preocupación de dueños
Por fuera de las 1.050 hectáreas que ya son de dominio público y de las 42 que tienen una declaración de utilidad pública -y que están a la espera de una resolución judicial definitiva-, hay otro sector de 4 hectáreas en el predio.
Allí están los edificios privados, que pertenecen a propietarios que los adquirieron oportunamente. Y son ellos quienes plantearon en los últimos días su preocupación, no sólo por lo que pueda pasar en invierno, sino también por estos días de temporada de verano.
"Necesitamos que el centro de esquí vuelva a funcionar como funcionaba hasta 2017, cuando el Gobierno tomó la decisión de cerrarlo (NdA: se decidió no renovar la concesión a los anteriores administradores). Funcionaba todo el año, las telesillas de abajo trabajaban en verano también", destacó una de las propietarias, quien prefirió no ser identificada.
En total, son 250 los propietarios de departamentos en esos edificios, quienes resaltaron que invierten una gran cantidad de dinero en mantenimiento de forma continua para que estén operativos.
"No queremos que pase con el centro de esquí lo que pasó con la hostería y suele pasar con todo lo que es expropiado: que queda abandonado", reafirmó la emprendedora. Desde el Gobierno coincidieron en que la intención no es dejar el lugar a la deriva, sino potenciarlo.
Luego de una serie de inconvenientes referidos a la distribución de gas en el lugar registrados el año pasado, los propietarios se pusieron de acuerdo y dieron marcha a la construcción de una nueva planta de gas en el lugar.
"La estamos pagando y construyendo enterrada, para evitar un impacto ambiental negativo. Llevamos invertidos más de 2 millones de pesos en obra civil y todavía falta", destacó la mujer, quien agregó que son 4 zepelines de 7 metros cúbicos. "El gas es sólo para los edificios nuestros y seguimos teniendo gas de la planta original. No se da de baja hasta que no terminemos esto", concluyó.