Aún alterados por lo que habían vivido la noche anterior, durante la mañana de ayer 11 de los operadores que habían estado en el interior del edificio del ex Cose durante el motín del martes se presentaron en la Oficina fiscal 4 de Godoy Cruz. En el lugar los trabajadores denunciaron las agresiones que recibieron no sólo por parte de los chicos que están internados en el lugar y que participaron de la revuelta nocturna, sino también las que provinieron de los efectivos policiales que llegaron para controlar el motín.
Mientras que los operadores terapéuticos del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (SRPJ) indicaron que fueron agredidos por los efectivos policiales "sin razón aparente" y en tanto intervenían para sacar del lugar a un par de compañeros suyos, desde la Policía indicaron que la reacción fue porque una vez terminado el motín los guardias arremetieron contra los menores de edad que habían iniciado el motín.
"Nosotros insultamos a los pibes, no te voy a decir que no. Pero la policía nos empezó a reprimir de la nada con golpes y balas de goma. Hasta escuchamos clarita la orden de que nos reprimieran por parte del jefe", destacó uno de los trabajadores.
Además, insistieron en que no volverán a trabajar hasta tanto les den las garantías necesarias y exista un manual de procedimiento. "Entre los líderes del motín de anoche (por el martes) hay dos mayores de edad. ¿Qué hacen en el ex Cose si tienen más de 18? Tendrían que regularizar esa situación y enviarlos al sistema penitenciario", destacó Raquel Blas (ATE) en nombre de los operadores.
Con temor no sólo por su seguridad sino también por la integridad de sus familiares, los empleados accedieron a hablar con Los Andes con la condición de que no se publiquen sus nombres ni se divulguen sus rostros.
"Todo empezó a eso de las 18 de ayer (por el martes) en el sector B al que le dicen ?de máxima seguridad', pero no tiene nada de máxima seguridad. ¡Si andan sueltos como si nada los chicos! Querían salir a jugar al fútbol y como no estábamos la cantidad de operadores suficientes para cubrirlos, les dijimos que no podíamos sacarlos, y entonces empezó todo", contó uno de los trabajadores.
Siempre de acuerdo a su relato, fueron 9 chicos que están internados en el sector B los que iniciaron todo e intentaron sumar a otros de distintos sectores, aunque sin éxito. "Nos ganaron las puertas, éramos sólo tres operadores para un sector con 10 chicos y de ?máxima seguridad', continuó un operador.
A las 19, personal policial llegó al lugar, aunque sin poder ingresar ya que la ley no permite que personal penitenciario intervenga en el SRPJ. Y en este momento es cuando se cruzan las versiones. "Primero la policía nos mandó a que sacáramos a nuestros compañeros que habían quedado adentro y a que mandáramos a los chicos de nuevo a sus sectores. Cuando estábamos adentro fueron los propios chicos los que empezaron a gritar y a decir que los estábamos agrediendo, incluso lastimándose ellos mismos y entonces fue cuando la policía nos reprimió", continuaron.
No obstante, la misma noche del martes el jefe de la Policía, Juan Carlos Caleri, destacó que la fuerza tuvo que intervenir ya que los operadores habían arremetido contra los chicos.
Los mismos de siempre
Los empleados del ex Cose sostuvieron que la situación les preocupa, y mucho. Indican que el episodio de anteanoche es algo de siempre, protagonizado por los mismos de siempre. "Hace un mes hubo otra revuelta, que no pasó a mayores. Pero la encabezan los mismos de siempre, chicos que son mayores de edad que nosotros hace seis años venimos pidiendo que los trasladen y nunca nos han escuchado. No puede ser que tenga que pasar algo como esto para que se tomen medidas", agregaron.
Entre los internos que hasta ayer permanecían en ese establecimiento se encuentra el joven condenado a 13 años de prisión en los últimos días por el asesinato del dueño de Puro Mármol. "Tiene 19 años, no sé por qué está acá", se repreguntaron, al tiempo que acusaron que quien lideró el alzamiento es un joven de 21.
Los chicos que se amotinaron tenían palos, piedras y chuzas armadas con palos de escoba y -según contaron los guardias- los atacaron duramente, abriéndoles incluso heridas en la cabeza. "Mucha gente se olvida de que nosotros también somos humanos y tenemos derechos. Esto no es nada nuevo, todo el tiempo es así. Y lo peor es que la semana que viene nadie se va a acordar de esto y nos van a obligar a volver trabajar a todos en las mismas condiciones y amenazándonos", denunciaron.