Ópera de Oslo: un iceberg que emerge del mar

Ópera de Oslo:  un iceberg que emerge del mar

Desde 2008 la magnífica construcción que da lugar a las producciones musicales y del ballet de la ciudad apuntó a la transformación y desarrollo de Bjørvika, zona industrial de la capital noruega situada en la orilla de su fiordo. Por ello fue concebida como un "iceberg transitable" que emerge del mar, y de ahí sus conceptos básicos se leen, se escuchan, se tocan.

Diseñada por el estudio de arquitectura noruego Snøhetta presenta un muro "ola" que contiene las salas de música. Revestido íntegramente en madera, esta particular pared curva representa el umbral entre la tierra y el mar, entre el arte y la vida cotidiana. Pero el gran edificio es también concebido como una fábrica, como la gran planta para la producción y desarrollo artístico y técnico. Así por ejemplo desde el diseño se trabajó con el usuario final y sus necesidades, para contemplar cada detalle y la flexibilidad propia del hecho artístico. Quizá uno de los aspectos que más ame quien llega a visitarla es la mágica alfombra, del techo de la Ópera, de ese iceberg que surge del fiordo. De libre acceso para el mundo, esta alfombra horizontal con planos y pendientes opuestas obliga a caminarla, a descubrirla, en un juego con el entorno en el que se toca el agua o se la ve como desde una montaña.

El acceso al recinto está orientado hacia el mar y se llega a él por una gran rampa de piedra blanca. Por la misma se puede acceder a la alfombra-techo cubriendo  18.000 m2. La gente sube, pasea por el horizonte blanco, toma las mejores panorámicas de la ciudad, se sienta junto al agua y toma algo.

El interior lo forman una serie de espacios diferenciados que se caracterizan por materiales cuidadosamente elegidos y la integración de las obras de varios artistas. En él se emplazan numerosas obras de arte entrelazadas con el tejido estructural, incluido un guardarropa realizado en colaboración con Olafur Eliasson, lujito, si los hay.

La madera está presente con el roble -como material dominante en el interior- tanto para el “muro ola” como para el auditorio principal. También se utiliza en los pisos, paredes y techos. La carpintería fina aplica los sistemas tradicionales de los constructores de barcos noruegos, como es el tratamiento con amoníaco en la madera. Esto lo hace más cercano a los habitantes.

La piedra blanca, que se observa en la rampa y el techo, es mármol italiano de la Facciata. Son 36.000 piezas encajadas, una obra de arte en sí. La fachada de cristal, con 15 metros de altura, sobre el hall, impacta y a la vez actúa como lámpara que ilumina las superficies externas durante la noche.

En números diremos que el auditorio principal tiene capacidad para 1.364 espectadores; su araña, de 7 metros de diámetro, pesa 8 toneladas y tiene más de 8.000 iodos luminosos y 5.800 elementos de cristal y vidrio. El escenario principal se encuentra a 16 metros bajo el nivel del mar, tiene 16 metros de ancho por 40 metros de fondo. El segundo auditorio tiene capacidad para 400 personas; el complejo alberga 1.100 salas y costó un total de 528 millones de euros.

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