Ocho niños y tres docentes con heridas de poca gravedad, aunque de distinta consideración, fue el saldo, casi milagroso, del derrumbe del techo del comedor en una escuela del distrito La Llave, a unos 35 kilómetros al este de la ciudad de San Rafael.
Lo cierto es que los primeros peritajes determinaron que fue el peso de casi 35 centímetros de excremento de paloma acumulado entre el cielorraso y el techo lo que hizo ceder la estructura que data del año 1954, según el cartel de la constructora que hay en el frente del establecimiento "Santa Cruz" 1-226, camino a Monte Comán.
Tanto los chicos como dos maestras y la directora del establecimiento fueron trasladados en cinco ambulancias que concurrieron al lugar ante la convocatoria de bomberos y la policía. La directora, Nancy Rubio (56), sufrió un traumatismo cerrado de tórax, las docentes Gimena Videla (29) y Nair García (26) sufrieron politraumatismos varios.
Desde el hospital Schestakow se informó que 6 pacientes permanecerán internados "preventivamente en observación hasta mañana" (por hoy) y que ninguno de los internados presentaba indicios de heridas de gravedad.
"Solo hay contusiones y algunas heridas menores. La directora es la que está más golpeada, pero ya se le han practicado los estudios correspondientes y hasta el momento no hay nada grave", dijo Samuel Barkudi, jefe del área departamental de Salud de la comuna, que junto a la presidenta del Concejo, Cristina Dadal, concurrieron al lugar del siniestro.
En tanto, la fiscal penal de menores Alejandra Becerra, que también se trasladó al sitio, dispuso inmediatamente la clausura del establecimiento hasta tanto se verifiquen científicamente los motivos del derrumbe y se determine que es seguro para que se reanuden las clases.
El hecho produjo conmoción en esta pequeña localidad rural y la mayoría de los vecinos concurrieron al sitio o por sus nietos o hijos o simplemente por solidaridad y "ver si podemos ayudar en algo", según señalaron algunos de los pobladores.
Graciela Arce, inspectora de la Sección Escolar 6 Nivel Inicial, destacó que preventivamente no se dictarían clases hasta tanto decidiera la autoridad de la Dirección General de Escuelas que llegó al sitio horas después, vía aérea, procedente de la capital mendocina.
Por su lado, Liliana Torres, presidenta de la Unión Vecinal de esa localidad, destacó que hace pocos días plantearon a las autoridades municipales, aunque saben que no son las responsables directas, que hace al menos 30 años que no se realiza mantenimiento a conciencia a ninguna escuela de ese lugar. Antes se limpiaba el entretecho periódicamente porque el problema de las palomas y de los murciélagos es permanente", aseguró.
"Ellos prometieron interceder ante la DGE para que se dispusieran inspecciones en los edificios, pero sucedió esto que ha precipitado la necesidad de una solución urgente por parte del gobierno provincial", dijo uno de los padres de los alumnos que estaban en el momento del accidente en el comedor. Aseguraron que no enviarán a sus hijos a clases hasta que esté asegurada fehacientemente la seguridad del edificio.
Leonardo, uno de los niños que estaba en el comedor, relató que todo fue muy rápido. "Vimos que caía el tubo de luz y luego se vino todo abajo y nos tapó una nube de tierra" (en realidad era el polvo producido por el excremento). También dijo que Nahuel y Rocío, dos de sus compañeros, fueron los primeros en reaccionar y rompieron los vidrios y ayudaron a salir a los otros chicos. Fueron unos héroes", aseguró mientras estaba tomado de la falda de su madre.
También fueron esos chicos los que avisaron al resto de la comunidad escolar del suceso y fue lo que permitió una rápida acción de la Policía Rural, con sede en ese distrito y de los demás factores de auxilio.
Ayer a última hora se evaluaba el estado del edificio en general, aunque se estimaba que recién hoy se tendrá un diagnóstico cierto de la situación del resto del edificio.
