Once acusados de un sinnúmero de defraudaciones en perjuicio del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, cometidas entre los años 2012 y 2015, fueron condenados tras un juicio abreviado (arreglo entre fiscal y defensa) por la Justicia Federal. Las maniobras fraudulentas fueron descubiertas en setiembre de 2016.
Ese año, con escuchas telefónicas y el testimonio de dos arrepentidos, se puso al descubierto una organización que logró un numero indeterminado de defraudaciones en perjuicio del PAMI.
La causa, con más de 300 fojas y 2 años de investigación en manos de los fiscales federales Fernando Alcaraz y Javier Arzubi, tuvo ayer su momento culminante cuando en juicio abreviado el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 condenó a Jorge Emanuel Godoy (ex empleado del PAMI) a la pena de 5 años y 11 meses de prisión.
La condena se completó con inhabilitación absoluta e inhabilitación especial perpetua para desempeñarse como empleado público. En tanto, el contador público José Antonio Moisés Godoy recibió una pena de 5 años y 11 meses de prisión, con inhabilitación absoluta e inhabilitación especial por 6 años para ejercer como su profesión. Ambos hombres fueron acusados de integrar una asociación ilícita, delito al que se le sumó el de administración fraudulenta, hurto y uso de documentos falsos.
La investigación determinó que durante cuatro años los Godoy (padre e hijo) fueron jefes y organizadores de una asociación ilícita, de la que también tomaron parte Rosmary Lourdes Insuablangetti, (empleada de Anses), Carlos Augusto Colombi, (empleado del PAMI), Nélida Cristina Resa (pensionada por discapacidad), los empleados Esteban José Genco, Cristian Leonardo Godoy, Paulo Edgardo Composto y el farmacéutico Carlos Alberto Bustos.
Todos fueron condenados a penas que van de los 2 a los 3 años de prisión en suspenso. En el juicio abreviado rubricado por los abogados Carlos Moyano, Ramiro Dillón, Carlos Varela Álvarez y Javier Figueroa, junto a la fiscal María Gloria André, los acusados aceptaron tanto la calificación como la pena.
El fallo terminó siendo convalidado por el Tribunal, integrado por los camaristas Alberto Daniel Carelli, María Paula Marisi y Alejandro Walter Piña, que además dispuso el decomiso de dos vehículos secuestrados.
El detalle
En la investigación posterior se pudo determinar que la banda utilizaba recetarios de PAMI originales. Previamente habían sido sustraídos por Jorge Emanuel Godoy de distintas dependencias, entre otras, de la oficina de Veteranos de Guerra de PAMI, aunque no se descartó que la sustracción proviniera de otros lugares, incluso de otras provincias, como Córdoba.
Además se comprobó en más de un centenar de formularios distintos tipos de irregularidades, como datos de afiliados o terceros intervinientes inventados o troqueles añadidos falsificados. Eran utilizados para la confección de recetas apócrifas para afiliados del instituto que no precisaban la medicación, que no eran diabéticos, que no habían sido dados de baja del sistema, o que eran dados de alta por funcionarios de PAMI.
También utilizaban sellos apócrifos de diversos profesionales e instituciones de la salud de Mendoza para la confección de las recetas de PAMI falsas y carnets falsos de afiliados al momento que presentaban las recetas en las diversas farmacias de la provincia para retirar la medicación prescripta.
Los medicamentos constaban prescriptos en todas las recetas filtradas en diversas farmacias, entre ellas las 'Berra' y 'Martínez Daroni', propiedad de los ahora condenados, y de otras provincias del país.
Todo ello, ocasionó un perjuicio patrimonial de unos 9 millones de pesos para la obra social nacional, que asumió el pago de medicamentos que no fueron dispensados a sus afiliados ni prescriptos por los supuestos médicos firmantes de las recetas.
Arrepentidos
Más allá de desarrollarse en la modalidad de juicio abreviado, este debate tuvo como hecho inédito en la provincia, y dentro de este tipo de delitos, la presencia de dos arrepentidos (sistema dirigido a testigos o, como este caso, a imputados). Hace un par de años, ambos se acogieron al sistema de testigos protegidos.
Por eso no estuvieron en la sala cuando se leyó la extensa imputación y tampoco cuando los acusados firmaron el acta. Ellos lo hicieron en soledad y después se retiraron por una puerta lateral, un rato después de que lo hicieran los restantes condenados.