Once años para el violador de una menor en Dorrego

El caso, ocurrido en abril del año pasado, causó estupor. Una chica de 14 años fue abusada después de que se bajara del colectivo.

Once años para el violador de una menor en Dorrego

A 11 años de cárcel fue condenado ayer Rubén Guillot (38), el hombre que abusó sexualmente de una chica de 14 años que se había bajado del colectivo y caminaba por calle Las Cañas de Guaymallén.

La agresión se produjo en abril de 2016 y disparó movilizaciones de los vecinos del barrio San Cayetano que denunciaron "zona liberada y falta de seguridad".

Ayer, la Séptima Cámara del Crimen sentenció a Guillot por abuso sexual agravado por acceso carnal y por el uso de arma de fuego, delito que tiene penas que van de los 6 a los 15 años de prisión.

La pena -en rigor 10 años y 9 meses a lo que se sumó 3 meses por una condena anterior por lesiones leves- fue fijada por la fiscal de cámara Daniela Chaler y el defensor del imputado, en la modalidad de juicio abreviado, luego de que el hombre se declarara culpable. El acuerdo fue ratificado por los jueces Gabriela Urciuolo, Belén Salido y Pedro Chacón.

El 5 de abril del año pasado, a las 16.30, la víctima se bajó de un colectivo en Uriburu y Las Cañas -el ingresó al barrio San Cayetano- para ir a la casa de su novio.

El agresor viajaba en el mismo colectivo, se bajó y la siguió algunos metros. Luego, aprovechando una zona con malezas altas, la abordó por la espalda, la empujó a una acequia y la violó, previo golpearla en la cabeza y amenazarla. "Te conozco, si no gritás, no te va a pasar nada", le dijo el hombre.

Detenido en Córdoba

En mayo del año pasado, Guillot se entregó  en una comisaría de Río Ceballos, Córdoba, tras haber estado prófugo más de tres semanas en distintas provincias. Ya sabía que la policía lo estaba buscando, pues su casa había sido allanada por orden del fiscal Tomás Guevara. 

El fiscal, días después del abuso, consiguió un video de la cámara del micro en que viajaba la chica y allí pudo ver a Guillot que se bajaba en la misma parada que la víctima.

Luego el fiscal solicitó información a la la empresa expendedora de tarjetas y lograron establecer que los dos se habían subido en la misma parada y se bajaron en el mismo lugar.

Cruzando datos de las tarjetas de ambos, llegamos a la conclusión de que el agresor la  había seguido desde que se tomó el micro en Godoy Cruz, es decir, viajaron juntos en dos colectivos.

Los días posteriores al abuso la Red Bus se siguió usando. Fue así que se hizo una triangulación de los lugares donde le cargaban saldo y de las líneas de colectivos en las que se la usaba.

Con estos datos se llegó a una vivienda ubicada en Las Cañas y Adolfo Calle, donde residía el abusador.

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