Desde hace tres años, un proyecto integrado entre la Dirección Nacional de Promoción de los Derechos Culturales y la Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación vienen realizando el Movimiento Cultural Nuevo Teatro, centrado en las enseñanzas del manifiesto filosófico-teatral del director y dramaturgo porteño Omar Pacheco. Un genuino lujo, por muchas razones: el aporte in situ del oficio de una de las personalidades más importantes del teatro independiente argentino y el aprendizaje de las técnicas dramatúrgicas e ideológicas de su "Teatro inestable" que él viene desarrollando desde hace más de tres décadas con su compañía La Otra Orilla.
El inquieto Pacheco está en una etapa de su vida en la que siente la necesidad de compartir sus enseñanzas y la culminación de estas lecciones ha llegado a su meta final con el estreno, con elenco provincial, de su extraordinaria obra "La cuna vacía", que podrá verse en tres funciones hoy, mañana y el sábado en la Sala Violeta de Le Parc, con entrada libre y gratuita.
Sin querer, entre varios temas, el mismo Omar Pacheco terminó definiendo su propio manifiesto: "Lo que hacemos nosotros no tiene que ver con las convenciones. Es un método de trabajo que ya lleva en uso 35 años. Para este entrenamiento se implica un concepto de vida, una forma de relacionarse y una forma de producir y el valor que tiene para nosotros lo ideológico y la permanencia de una búsqueda en la vida. Creemos que nuestro teatro no depende de un actor, sino de un actor pensado como un auténtico creativo, un formador. Y he querido que estas enseñanzas queden ahora en Mendoza".
El método
El lunes pasado, Pacheco presentó a lo largo de dos horas un seminario teórico-práctico en la misma sala en la que se verá su "Cuna vacía". Allí los espectadores pudieron compartir los principios básicos de su metodología no convencional generadora de un nuevo sistema de comunicación que lleva al público a modificarse física y emocionalmente.
"La idea de lo expuesto el lunes fue la de nutrirnos de la resignificación simbólica desde otro lugar", expandió Pacheco. "Y a su vez, asimilar una estética que influye en otros dispositivos escenográficos como la iluminación, añadiendo los objetos, los espacios... Es todo un camino de investigación que tiene una justificación, una investigación que aparecerá en un libro que tengo pensado lanzar en octubre en el que desarrollo las experiencias sobre el primer acercamiento al método".
Una de las reflexiones más lúcidas de su "teatro inestable" tienen que ver con la crítica a la enseñanza conductiva que nos lleva a aprender de memoria, a vivir una vida poco creativa que nos empuja a no resolver, a no elegir. Y cómo esto atenta contra el actor creador. "Somos un personaje que construimos de nosotros mismos", lo definió mejor Pacheco.
En construcción
Después de tres años de capacitaciones, las tres funciones de "La cuna vacía" señalan el final de un objetivo cumplido aunque al mismo tiempo marca el inicio de una nueva etapa para los actores que han atravesado esta intensa y a veces conmovedora experiencia estética. Unos actores que Pacheco considera sus hijos. "El actor, a partir de lo asimilado, tiene que disponer de una batería de acciones, de formaciones y de técnicas como para poder resolver por él mismo sus propios conflictos".
La obra, que cuenta con un grupo numeroso de actores y titiriteros, reflexiona acerca de la ausencia y la supresión como las formas más despiadadas del quiebre de un hogar y de una sociedad.
"Lo que siempre he querido con este proyecto, más allá del valor federalista que sin duda es muy importante, es que se hable de una producción y un método y que quede en cada provincia. Si tenía que hacer alguna obra con mi grupo e irme luego, sería una actitud por lo menos egoísta, pero yo no soy así", expresó.
"La cuna vacía" tiene que ver con la precisión, con el concepto de distancia, con la textura del humo, con los porcentajes de luz, el vínculo con la idea de la madre universal, la luz y las sombras, lo que yace explícito y escondido. "La idea es que el espectador durante la visualización no se deslice hacia un proceso intelectual, sino que viva la obra físicamente".
La obra -que se estrenó en 2006 en el Centro Cultural de la Cooperación con motivo del 30º aniversario del golpe militar de 1976- se presenta como un viaje, una ceremonia que busca llegar a los lugares más inaccesibles de la mente del espectador a partir de la apelación a sus sentidos, a sus emociones.
La ficha
"La cuna vacía".
Funciones: hoy, mañana y el sábado, a las 21.
En: Sala Violeta, Espacio Cultural Julio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén).
Entrada: libre y gratuita.
Dirección general, puesta en escena y diseño de luces: Omar Pacheco.
Elenco: Gabriela Fiochetta, Eric Moreno, Cristian Fernández, Germán Lucero, Juan Flores, María Isabel Herrera, Lourdes Aybar, Carla Cáceres, Ayelén Cobos , Tatiana Coronel, Gabriela Jara, Verónica Lentini, Melisa Martínez, Carina Díaz Micari, Lorena Pereyra, Laura Beningazza.