Olvidos injustos del Gobernador - Por Gustavo Gutiérrez

Olvidos injustos del Gobernador - Por Gustavo Gutiérrez
Olvidos injustos del Gobernador - Por Gustavo Gutiérrez

“La revolución de las pequeñas cosas” -tal com o llamó el gobernador de Mendoza a los logros de su mandato en su discurso del 1º de Mayo ante la Legislatura- llama a distorsiones, pues esconde grandes verdades sin las cuales esas “pequeñas cosas” nunca hubieran sido posibles.

A lo largo de las 3 horas del que fue el último discurso ante la Legislatura de su gestión de gobierno sin reelección criterio institucional ya casi único en el país y que debe enorgullecernos como mendocinos- el gobernador Cornejo describió, con muchísimo acierto, la herencia, por no decir el desquicio institucional y de cuentas públicas, que recibió de su antecesor del Partido Justicialista, Paco Pérez. Pasó luego a enumerar el programa de ordenamiento anunciado en su campaña electoral, “la revolución de las pequeñas cosas” ya mencionada. De en verdad, con logros más que sorprendentes vistas las condiciones iniciales recibidas.

Avances en la reducción de una excesiva planta de personal en el Estado provincial, mayor orden en las cuentas públicas y pago al día de empleados y proveedores, impresionantes mejoras en seguridad, en la provisión de insumos a los centros de salud, en el estado de las escuelas y el éxito del Ítem Aula, que disminuyó el ausentismo docente, así como la realización de pequeñas obras hidroeléctricas, fueron parte de un racconto donde la suma de muchas verdades parciales no representó a la verdad total. Esa verdad total se llama fondos de la coparticipación federal, que el gobierno nacional actual respeta a rajatabla con un verdadero espíritu de federalismo, hecho inédito desde el restablecimiento de la democracia.

La macroeconomía del gobierno nacional además, ha cedido en términos reales un 9% de coparticipación en favor de provincias y municipios. Una descomunal transferencia de recursos.

El gobernador Cornejo, que además es el presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, aludió a problemas de la macroeconomía, sin reconocer que si pudo tomar deuda, fue gracias a las políticas del gobierno nacional de solucionar los numerosos conflictos heredados del gobierno de Cristina Fernández y de que ahora la Provincia y los Municipios reciben puntualmente todos los 28 de cada mes la coparticipación federal correspondiente con los agregados mencionados. La Provincia, los municipios y los empleados públicos son en ese sentido privilegiados en relación al sector privado, que es el que en verdad produce la riqueza.

La dura herencia recibida, en la que no exageró Alfredo Cornejo un ápice, no ha sido rebatida a su vez, por el titular del Justicialismo mendocino (Guillermo Carmona confeso kirchnerista y madurista), quien se dedica a perorar sobre los problemas que afronta hoy la economía nacional dejando también ausente –como lo ha hecho el Gobernador en su reciente discurso- la relación entre la Provincia y la Nación.

El señor Carmona no ha dicho una sola palabra sobre la discriminación que sufrió Mendoza en los largos años de gobierno kirchnerista, cuando ni siquiera llegaban en tiempo y forma los fondos de coparticipación que nos correspondían. Le hacían bullying a la provincia. ¡Qué poca memoria!

Tampoco puede ignorarse que si bien la Provincia se ha ordenado de manera sustancial, el peso del sector público provincial con sus municipios ha crecido, desde el 9% del PBI de Mendoza en 1999 a cerca del 24% actual, a lo que se agrega el peso del Estado nacional. Son cifras similares a la de los países escandinavos o a Francia, claro que sin los servicios que les brindan a sus ciudadanos esos Estados. Es decir que la economía privada productiva se empequeñece en relación a un Estado burocrático no obstante los avances enunciados.

También debe decirse que la reducción imprescindible de la planta de personal del Estado provincial, se hizo a cargo del gobierno nacional porque la mayoría fueron jubilados por imperio de la edad, engrosando el pasivo de la Anses y de los contribuyentes mendocinos, que debieron financiar las moratorias que permitieron acceder a esas jubilaciones.

La situación vitivinícola es crítica y las medidas del gobierno provincial contrastan con las del de San Juan que ha financiado a sus productores con tasa cero. Pero además, no se han implementado medidas de fondo para resolver problemas como por ejemplo encarar un vuelco de parte de la producción para exportar uva en fresco, cifras que alcanzan a centenares de millones de dólares en países como Chile o Estados Unidos.

Ha faltado en el mensaje mención a los problemas relacionados con la discriminación que soporta la Provincia, al igual que la Pampa Húmeda y la Ciudad de Buenos Aires, en el reparto de la coparticipación federal en beneficio de provincias ineficientes en sus esfuerzos para salir de la pobreza y que usan esos recursos para financiar a las oligarquías gobernantes y los empresarios amigos.

En conclusión, el discurso del gobernador Cornejo refleja que ha cumplido con creces lo que prometió, pero muestra faltantes en las transformaciones que debe encarar Mendoza para no rezagarse y, por otro lado, como jefe nacional del radicalismo y partícipe del oficialismo nacional, ha incurrido en olvidos muy injustos. En la revolución de las pequeñas cosas, bastante tuvo que ver el gobierno nacional de Cambiemos.

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