El rosarino Renzo Olivo, número 91 del mundo, recordó que muy pocos confiaban en su triunfo en primera ronda ante el francés Jo-Wilfried Tsonga (11), que jugaba en casa, en la pista central del Roland Garros, la Philippe Chatrier.
"Me decían, Tsonga 'hum', pero yo no lo veía así", dijo Olivo, en rueda de prensa posterior a ganar al francés por 7-5, 6-4, 6-7(6) y 6-4 en 3 horas y 31 minutos, disputadas entre el martes, cuando se suspendió el partido por falta de luz, y hoy.
"Cuando supe del cuadro que me tocó, lo vi difícil, pero motivado por ser una cancha grande, con mucho público", agregó el tenista, quien pidió perdón al público francés por haber eliminado a Tsonga, uno de los ídolos locales, después de disputar los siete minutos que cerraron el encuentro de hoy.
"De grado de importancia, lo que significa ganarle a un jugador de ese nivel y de local, es (uno de los triunfos) de los más importantes" de mi carrera, agregó.
Al tenista, de 25 años, le espera ahora el británico Kyle Edmund, 49 del mundo, ante el que perdió en noviembre de 2015 en un challenger en Buenos Aires.
"Es un gran jugador. Aún no pensé en la táctica, pensaré en la táctica después con mi entrenador", reconoció.
Olivo evocó la suspensión del partido, cuando ya estaba cerca de ganar a Tsonga, y contó que él quería seguir jugando porque se veía encima en el partido.
"Mi pensamiento era negativo, porque había perdido una 'chance' muy grande, pero mi equipo, mi entorno me dio tranquilidad", expuso al revelar cómo se sintió anoche por el aplazamiento del duelo.
"No he dormido bien, es cierto, terminé todo sobre la una de la mañana y por la adrenalina del partido no pude dormir mucho", relató el jugador, entrenado desde hace poco por Javier Nalbandian, hermano del extenista David Nalbandian.
Olivo también fue cuestionado sobre su estancia en París, entre los 12 y los 16 años, cuando fue becado por la academia de Patrick Mouratoglou, en las afueras de París.
"Para seguir jugando, la única manera que tienes es tener un gran presupuesto y mi padre no podía. Los primeros seis meses no sabía inglés, francés, estuve solo donde las noches eran eternas, pero me fortaleció en lo mental", apreció.
