El Día Nacional de la Olivicultura, que se celebró el 24 de este mes, encuentra a los referentes del sector enfrentando desafíos productivos y comerciales. Por lo pronto, la temporada actual está marcada por dos caras de una misma moneda: una parte que es la baja productiva y la otra que es la fluidez en la venta.
"No tenemos muchos motivos para festejar: toda la aceituna y aceite va a salir y se va vender, pero cada vez se produce menos", punteó el productor y empresario olivícola Rodolfo Vargas Arizu.
En su visión se conjugan una serie de factores que traban el buen desarrollo de la actividad en la provincia. Como problemas específicos, Arizu destacó los embates del clima, que desalientan a los productores y por ende arrastra el abandono de tierras.
El éxodo de los olivícolas también obedece al clima de la macroeconomía. “La base es un problema impositivo. Si bien en el actual gobierno de Macri se han eliminado las distorsiones aberrantes como los derechos de exportación y el tipo de cambio desdoblado, seguimos con cargas sociales pesadas y el tremendo gasto público”, detalló Arizu.
En su repaso histórico el empresario olivícola afirmó que desde 2006 hasta incluso 2015, la olivicultura pasó por una fuerte crisis marcada por el 70% de la brecha cambiaria, y 10% de retenciones, hechos que según Arizu pulverizaron la actividad en la provincia.
“No quedó empresa; la mayoría cambió de manos o se fueron. En un momento de tener 45 firmas en la provincia ahora quedan sólo 4”, apuntó Arizu.
"Como a todos los sectores, nos preocupa saber a dónde se dirige la economía."
Para el dirigente empresarial el dilema que se abre a los productores es el de apostar por la aceituna y su derivado aceite que necesita como mínimo 7 o más años para comenzar su producción. “Son tiempos largos ante una economía tan cambiante, se nos hace muy difícil poder proyectarnos”, reflexionó Arizu.
Desde la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, su gerente, Mario Bustos Carra, dijo que el Día Nacional de la Olivicultura encuentra al sector atravesado por dos posturas: preocupación y expectativas.
“Por una parte nos preocupa saber a dónde se dirige la economía, que se explicite un plan económico y cómo superamos los 12 años de ataques a la economía regional”, apuntó Carra.
En cuanto a lo que pueden deparar los escenarios internacionales para el aceite de oliva, Carra afirmó que las expectativas están puestas en ir monitoreando las negociaciones.
“Se firmó el tratado del Mercosur con Egipto para ingresar aceitunas al mercado brasileño. Es un tema que queremos revertir introduciendo una cláusula de salvaguarda”, señaló Carra.
Con respecto a las negociaciones Mercosur y Unión Europea los esfuerzos de los empresarios están enfocados en sacar al aceite de oliva nacional fuera de las negociaciones. "Todos sabemos que los subsidios que tiene este alimento son altos en Europa, queremos que nuestro aceite tenga condiciones similares especialmente en el mercado brasileño. Estamos trabajando junto a la Federación Olivícola y la Asociación Olivícola de Mendoza", apuntó Carra.
Cabe recordar que la provincia de Mendoza es una de las principales productoras de aceitunas del país: cuenta con 19.090 hectáreas en producción.
Mercado interno
Tierras adentro una de las empresas que apuestan por los olivares es Miguel Zuccardi, líder de la División de Aceites de Oliva de Familia Zuccardi.
En su caso el Día Nacional de la Olivicultura los encuentra con planes de expansión y posicionamiento de su producción. En sus fincas, el 80% de la cosecha ya ha sido cumplida. En materia comercial y de la mano de su vino, el aceite de oliva de Familia Zuccardi logra hacerse un lugar en el consumo nacional.
“Nuestras marcas son nuevas. En nuestro caso el negocio crece porque apuntamos a educar al consumidor, respondiendo a sus necesidades concretas”, concluyó Zuccardi.
En la actualidad, hay diferentes clases de negocio en Argentina que permiten, en algunos casos, crecimiento.