Aunque la expresión no parezca demasiado académica, la tradición y el sentido común definen al "olfato periodístico" como ese sexto sentido que identifica a la gente de prensa capaz de detectar con naturalidad aquel dato, hecho o noticia oculta o disimulada en el pliegue menos pensado de una comunidad. Descubrir lo que a simple vista no se ve, decir lo que alguien quiere ocultar, contar lo que ocurre en el camarín o detrás del escenario.
Pero el "olfato periodístico" lleva implícito también una segunda intuición, tan valiosa como la anterior: la capacidad de servir y complacer a su público, de acompañarlo en sus logros y sus traspiés, en los días de sol y en las noches tormentosas. Es "adivinar" lo que necesita el lector del papel o el usuario de la web (el receptor), sin cuya participación no se completaría el circuito comunicativo, se diría -ahora sí- en una clase de periodismo básico.
Los Andes celebra otro aniversario renovando el espíritu de adaptación y anticipación a los cambios, afinando más que nunca ese "olfato" que le permitió llegar a sus 134 años y mantenerse como una de las marcas más prestigiosas y confiables de la provincia.
Una de las mayores y profundas transformaciones es interna, pero tendrá efectos sustantivos en la calidad y cantidad de los productos que llegan y llegarán a las audiencias. Se trata de la integración total de los periodistas, fotógrafos, diagramadores y otros profesionales de la edición impresa con los que hasta ahora se venían desempeñando sólo en la edición web.
Un desafío cultural, que se asume con entusiasmo, supera con talento las dificultades propias de una gran transformación y que dotará de un nuevo dinamismo a los procesos editoriales, sin renunciar al ADN de calidad de los contenidos y propuestas.
Informar, entretener, servir, convertirse en escenario de los intereses y pasiones de las distintas comunidades seguirán siendo los grandes objetivos, pero apelando en esa búsqueda también a los formatos audiovisuales y a la fuerza de las nuevas herramientas tecnológicas: redes sociales, mediciones en tiempo real, soportes multimedia, proyección global, lenguajes y códigos emergentes.
Además del cambio de diseño y enfoque que ya se puede ver en la home de Los Andes, se avecinan nuevas secciones, contenidos y un modo más audaz de organizar y presentar las apuestas en la edición impresa, que acentuará la impronta local y regional, para afianzar los vínculos con los mendocinos.
Renovados y atentos al futuro, sí. Pero con el mismo compromiso y el "olfato" que atravesó tres siglos.