El francés Sébastien Ogier (VW), vigente doble campeón mundial, ganó la 83ª edición del Rally de Montecarlo al manejar su ventaja con solvencia en las tres últimas especiales disputadas ayer, en una prueba en la que Volkswagen copó las tres primeras plazas de la general.
En la primera carrera del Mundial 2015, Ogier terminó por delante de sus compañeros, el finlandés Jari-Matti Latvala y el noruego Andreas Mikkelsen, en lo que supuso un “triplete” para Volkswagen.
“Es fabuloso, estoy muy orgulloso porque este es un rally muy difícil. Es el más mítico del calendario y fue un verdadero Montecarlo hasta el final. Hasta en la Power Stage, que tenía 10 kilómetros, quedaba nieve en algunas curvas”, señaló el campeón.
Fue la primera vez que una marca copó las tres posiciones del podio desde que lo consiguiera Citroën en 2003, cuando un joven Sébastien Loeb ganó por delante del britanico Colin McRae y del español Carlos Sainz. Los pilotos de la marca alemana aguantaron la presión pese a los esfuerzos de los Citroën del legendario Loeb y del británico Kris Meeke, que firmaron los tres mejores tiempos este domingo.
“Es el mejor ambiente que he visto en este rally, es realmente increíble” escribió en su cuenta de Twitter Ogier al final de la carrera, en referencia al enorme éxito de público, fruto de que él competía en su región de origen contra su predecesor en el palmarés del Mundial, Loeb.
El triunfo supuso el tercero de Ogier en Mónaco, después del que logró en 2009 con un Peugeot 207, en el Challenge Intercontinental de Rallies (IRC), y el conseguido con Volkswagen el año pasado.
A pesar de que no pudo brillar en la clasificación general de pilotos, Citroën animó la carrera, gracias sobre todo a Loeb, que firmó el mejor tiempo en cinco especiales y finalizó octavo, después de sufrir un golpe el viernes en la ES8 que le impidió luchar con Ogier por el triunfo final.