El piloto francés Sébastien Ogier (VW Polo-R) ganó este domingo el Rally de Australia, imponiéndose a sus compañeros de equipo el finlandés Jari-Matti Latvala y el noruego Andrea Mikkelsen, y se acerca a un segundo título mundial consecutivo, cuando quedan tres pruebas por disputar.
Con este triunfo en Coffs Harbour (Nueva Gales del Sur), el francés suma seis esta temporada y 22 en su carrera. Tiene ya 50 puntos de ventaja en la clasificación por pilotos sobre su principal adversario de cara a la victoria final, su compañero Latvala.
"Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo tras esta victoria conseguida al otro lado del mundo", comentó Ogier.
"Un nuevo triunfo nos aseguraría el título de pilotos. Sería magnífico hacerlo en Francia (a principios de octubre)", añadió.
Latvala lo tendrá muy difícil para remontar en las dos próximas competiciones, en Alsacia (Francia) y Cataluña (España), que se correrán sobre asfalto, una superficie en la que no es especialista.
El finlandés, segundo a 6,8 segundos tras más de 300 km cronometrados, hizo algo más que defenderse y fue el más rápido en siete especiales (por las diez de Ogier), incluida la Power Stage.
"Intentamos hasta el final meter presión a Sébastien (Ogier) y Julien (Ingrassia, su copiloto) pero han sido imbatibles", se lamentó Latvala que pese a ello se mostró contento por el "fantástico éxito" de Volkswagen.
Con el tercer puesto de Mikkelsen, que terminó justo por delante del británico Kris Meeke, Volkswagen logró en Australia un triplete histórico y obtiene un segundo título de campeón del mundo por equipos, con un total provisional de 348 puntos en la clasificación, muy por delante de Citroën (154), Ford (146) y Hyundai (141).
La elección correcta de Ogier
Ante la regularidad de su compañero en la mañana del sábado, Ogier hizo una apuesta osada justo antes de iniciar el segundo paso por Nambucca, la ES11 de 48,9 kilómetros.
Mientras que las previsiones meteorológicas auguraban posibles condiciones adversas, el francés montó tres neumáticos duros y uno blando mientras que Latvala hizo una apuesta conservadora y colocó de dos gomas duras y dos blandas de manera uniforme.
El resultado fue que, pese a perder cuatro segundos en la ES10, Ogier terminó la ES14 y la segunda jornada con 11,8 segundos de ventaja sobre el finlandés.
Una diferencia que consiguió gestionar durante una tercera jornada, que se complicó para el desafortunado noruego Mads Ostberg (Citroën), que cayó de la 6ª a la 16ª plaza debido a un problema en la suspensión de su coche en las dos últimas especiales.
