El asesinato del médico jubilado León Domingo Burela Yanchina (64) escapa a los móviles habituales del mundo del crimen local: Burela fue "ejecutado" por un sofisticado tirador que algunos investigadores catalogaron como "un profesional".
A 5 meses de este "particular" homicidio, ocurrido en el apacible barrio Kolton de Las Heras, desde el Ministerio de Seguridad ofrecen una recompensa de 100 mil pesos para quien aporte datos que puedan esclarecer este asesinato que por ahora no ha tenido imputados.
Si bien el asesino se llevó solamente 7 mil pesos y dos armas -sin "olvidarse" dos teléfonos que hubieran sido importantes para la investigación- desde el entorno de la víctima no descartan que pudiera haberse llevado una suma de importancia: "el móvil de los crímenes por encargo generalmente es la plata", especulan.
Burela trabajó durante años en el penal de Boulogne Sur Mer hasta que se jubiló en 2012, pero esto nada tiene que ver con el crimen, ocurrido en la tranquila mañana del 15 de abril pasado, en la casa 17 de la manzana D, del barrio Kolton.
Un hombre vestido de negro, cuatro disparos certeros
Ese día el médico estaba solo porque su mujer se había ido al gimnasio. Cerca de las 11, Burela, en bata y cursando un posoperatorio, estaba sentado en un sillón del living, frente al televisor.
Entonces el asesino traspasó el portón de rejas, ingresó al patio de la vivienda, donde estaba estacionado un Toyota Etios de color rojo, y abrió la puerta. Ni bien ingresó al living, encontró al médico sentado y lo ejecutó de cuatro balazos que salieron de una 22.
Según las pericias iniciales el médico no pudo hacer nada salvo, tal vez, levantar intuitivamente el brazo izquierdo para protegerse por lo que el primer proyectil le ingresó por la axila. El segundo disparo le rozó el cuello y el plomo terminó incrustado en la ventana del frente de la vivienda.
Pero tirador fue por más: como un profesional, se acercó a la víctima y disparó dos veces más: El tercer disparo le dio en un hombro y el cuarto fue directo al cráneo.
Terminado el trabajo, el delincuente salió por la puerta -algunos vecinos que escucharon los disparos, lo alcanzaron a ver caminando, describiéndolo como "un hombre vestido de negro".
Pero el delincuente tuvo tiempo de llevarse dos armas de puño: una calibre 9 milímetros y una 22 que el médico -según su esposa- tenía siempre a mano ya que era un obsesivo de la seguridad. Por eso resulta extraño que las tres puertas de la vivienda estuvieran abiertas, cuando llegó la policía.
Por ahora, el crimen sigue siendo un misterio. La causa por homicidio agravado por uso de arma es investigada por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos. Desde el ministerio de Seguridad ofrecen una recompensa de 100 mil pesos.
Cualquier dato de interés deberá se comunicado a la Dirección de Investigaciones a través de las líneas gratuitas 0800 2227627 o al 911 o al 0261 4497138. También se puede llamar a la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional (4495631 o 4493412).