A través de entrevistas realizadas a los alumnos que ingresan en el Cebja N° 3-128 Marilin Penna de Ferro de Fray Luis Beltrán, Maipú, han podido concluir que por lo menos el 70% ha sufrido acoso escolar de sus pares, lo que los llevó a abandonar la escolaridad o a fracasar en anteriores intentos.
A partir de este diagnóstico un grupo de estudiantes de la institución decidió investigar y hacer algo al respecto. Así fue como nació el proyecto “Hablemos de esto” en el que propusieron profundizar sus conocimientos sobre la prevención de bullying y cyber bullying para luego realizar cortos y charlas para la comunidad. Desde junio del año pasado, cuando comenzó a desarrollarse la iniciativa, han visitado otros Cebja, primarias y secundarias de la zona con un taller que incluye una dramatización y consejos para sus pares.
“Como la gran mayoría de nuestros alumnos ha padecido bullying sintieron la necesidad de colaborar para que otros no lo sufran”, comenzó a contar la directora del establecimiento, Carmen Laffont. Ella recordó que primero comenzaron cuatro alumnos del primer ciclo básico y que luego se fueron sumando hasta llegar a ser entre 20 y 25.
“Para comenzar estudiaron cómo prevenir el bullying de acuerdo al método que propone el licenciado Alejandro Castro Santander y tuvieron charlas sobre con el doctor Jorge Chaves”, detalló la directiva. Luego armaron una dramatización y una presentación de Power Point para dictar charlas en otros colegios. “Hasta ahora han ido a dos secundarias, tres Cebja y tres primarias del departamento”, detalló la mujer a la vez que adelantó que han recibido la invitación de instituciones de Godoy Cruz y Capital. “Hasta el intendente de Maipú los felicitó”, añadió orgullosa.
En cuanto a su experiencia en estas instituciones detalló que han sido muy enriquecedoras. “Han sido bien recibidos y escuchados atentamente. Ellos se presentan como chicos que han sufrido el bullying y que quieren ser un agente de cambio ante esa circunstancia”, señaló Laffont.
Impulsoras
Florencia Páez (18) fue una de las alumnas promotoras de la iniciativa. “En todas las escuelas hay bullying, no hay ninguna que se salve”, aseguró convencida. Oriunda de Buenos Aires, ella recuerda que allá sufrió acoso por parte de sus compañeros y también fue testigo de situaciones límites. “Te parte el alma ver a los chicos que sufren, por lo que prefiero ayudar y no pasarlos por delante”, remarcó.
En las charlas que brindan para ella es fundamental hablar de igual a igual. “No es lo mismo que un mayor le diga lo que tienen que hacer para prevenir el acoso que alguien de nuestra edad”, subrayó. En su caso, le toca hablar particularmente sobre cyber bullying por lo que aconseja a los jóvenes que estén atentos y que no acepten invitaciones de desconocidos o de compañeros que los agreden.
Karen Romero, otra de las participantes, también sufrió acoso en el pasado. “Me empujaban y me tiraban de los pelos. Como yo sufrí mucho no me gustaría que sufran los demás”, manifestó. Ella se muestra feliz porque siente que esta acción les permite difundir un mensaje positivo. “Que no hay que hacer bullying, que no importa si la otra persona es alta, petisa, gorda, flaca o una persona de color somos todos iguales, todos tenemos corazón y sentimientos”, expuso.
En la charla que dan en escuelas ella recomienda en primer lugar hacer foco en los espectadores. “Son los que están con el agresor, los que ríen y se quedan callados. A ellos les decimos que ayuden a las víctimas”, comentó. Por otra parte indicó que a las víctimas les aconsejan que no se guarden lo que les está pasando. “Que lo griten, que todo el mundo lo sepa así pueden ayudarlos”, dijo.
Interdisciplina
El proyecto del Cebja, que forma parte del programa Escuela Solidaria, es transversal a varias materias que allí se dictan. “Necesitamos las estrategias de lengua para llevar a cabo la lectura comprensiva, la oralidad para que puedan expresarse, las matemáticas para interpretar las estadísticas, también del teatro para buscar una forma dinámica para llegar a sus pares, entre otras”, enumeró Claudia Basile, secretaria de la escuela y colaboradora del proyecto.
Para ella “llenar a los chicos de datos sin contexto no tiene sentido”, por lo que esta iniciativa les permite ver la realidad en la que viven y proponer una solución. “Ellos se sienten útiles llevando un mensaje a otros chicos de su edad y sobre todo ofreciendo una estrategia reparadora”, aseguró.
Para Laffont se trata de una experiencia que la ha maravillado como docente. “Ellos han mejorado sus propios aprendizajes, se sienten muy importantes y han mejorado su autoestima, es increíble lo que están logrando”.