Vivamos solos o en familia, con amigos o en pareja, si nuestra labor va a tener como centro de acción nuestro propio hogar, tenemos que ser concientes de que merecemos un espacio físico que nos colabore en la tarea. Ese “rinconcito” tiene que lograr mantenernos cómodos y motivados. Es bueno pensar en su decoración y ambientación.
Y como es tan usual esta modalidad de trabajar en casa, los diseñadores ya le han puesto nombre: armar un “home office”. Se denomina así a “los espacios en el hogar utilizados para desempeñar tareas laborales -oficina-, sala de estudio o de lectura, sala de reuniones y otras actividades que requieran concentración”, dice Sofía Lugones (diseñadora de interiores).
Una home office no se arma de un día para el otro. Es recomendable pensar en ciertas variables que nos permitan ser más productivos, sin necesidad de estar todo el tiempo encerrados en una habitación ni estar “deambulando” por casa, con la computadora a cuestas, en busca de un espacio donde trabajar.
Y lo cierto es que, “no porque trabajemos en casa vamos a estar en cualquier lado, saltando de habitación en habitación, perdiendo papeles o, peor aún, la concentración”, agrega Lugones. Pensar estratégicamente en una “oficina o un estudio” ayuda no solo a evitar distracciones, sino a darle seriedad a nuestra labor; por más que la cumplamos en casa.
Puede ser que estemos más cómodos, pero eso no cambia la responsabilidad y el deber que nos obliga el trabajo. Por lo tanto, ese “rinconcito” merece algunas recomendaciones.
Mi Home Office
No importa la dimensión de la habitación, ya que cada hogar tiene sus propios espacios, pero sí es importante tener en cuenta detalles como los colores. "Es recomendable usar colores claros ya que estos nos dan la sensación de calma, orden y nos ayuda a mantener la concentración", comenta la diseñadora. Preferentemente aquellos colores pasteles o frescos.
El trabajar en casa no significa que dejemos papeles por doquier. El orden también condiciona nuestra labor: “podemos usar pequeños armarios donde colocar cajas, esquineros para colocar carpetas, un escritorio sencillo que permita el movimiento rápido y cómodo”, apunta la profesional. Evitar el desorden que genera estrés y poco humor.
Si es posible que la habitación tenga su propia entrada de luz natural, una ventana. De no ser así, contar con buena iluminación ayuda a abrir el espacio y también a no cansar la vista ni provocar cefaleas. Las plantas son buena compañía, además, sirven para darle un toque natural y vivo al espacio.
Tengamos en cuenta las distracciones e interrupciones posibles. “Esta oficina debe estar ubicada en un espacio cómodo; tanto para quien trabaje en ella, como para el resto de las personas que habitan en el hogar. Se recomienda la primera habitación cerca del acceso principal (para evitar cruzar la sala principal o pasar por habitaciones o cocina)”, aconseja Sofía.
Pero, más allá de la decoración, es bueno tener en cuenta la salud: hablamos de ergonomía. Una silla ergonómica, que permita permanecer mucho tiempo sentado, sin ocasionar molestias.
“Las personas no utilizan sillas recomendables en el ámbito laboral”, afirma Marcelo Fortés, licenciado en Higiene y Seguridad. Usar la herramienta indicada evitaría dolores de cintura, espalda y cuello y eso merece atención, ya que estamos hablando de salud y de condiciones laborales. “Lo recomendable es una silla ergonómica para PC. Estas protegen la parte baja de la espalda y ayudan a mantener una buena postura”, agrega.
Y, más allá de las recomendaciones presentadas, no olvide descansar el cuerpo. Dese recreos de al menos diez minutos: caminar, estirar las piernas, ejercitar los ojos y las manos. Recuerde que trabajar en casa también tiene que tener su control: oganice los horarios de labor para ser más productivo y no correr el riesgo de pasar el día trabajando, olvidando disfrutar de otros momentos.