La oferta y la demanda de empleo

A pesar de que las cifras oficiales hacen alusión a una caída del desempleo en la provincia, datos aportados por una consultora señalan que ha aumentado la cantidad de gente que busca trabajo y no lo consigue. Paralelamente, los productores están preocupa

La oferta y la demanda de empleo

Hay variables que no cierran. Los datos, suministrados por una encuestadora, señalan con una fuerte dosis de certeza que en la provincia hay más gente que busca empleo, pero que no lo consigue.

Sin embargo, en el sector de la industria vitivinícola la preocupación se centra en que algunos trabajos específicos, como el de la poda, muchas veces no se pueden realizar por la falta de mano de obra.

Si nos atenemos a los datos oficiales, la tasa de desempleo en la provincia es baja, un 4,2% en el último trimestre, con el aspecto positivo de que, en el mismo período del año pasado, esa tasa era del 5,3%. Pero una encuesta realizada en el Gran Mendoza determina otro panorama, en razón del crecimiento en la evolución de los hogares donde había al menos una persona desocupada y que, a pesar de necesitar trabajar, no ha podido encontrar empleo.

Durante agosto en el 29% de las casas consultadas vivía alguien sin poder emplearse, cifra que creció al 34% en setiembre y al 36,09% en octubre. Panorama que tiene sus picos máximos en Guaymallén, con el 47%, Maipú, con un 40% y San Rafael, con un 43%; mientras la Capital, con un 27% y Las Heras, con un 31%, tienen los porcentajes más bajos.

Especialistas en el tema atribuyen la situación a distintos factores, como menos oportunidades laborales en el mercado o que haya más gente que sale a buscar trabajo; o a una combinación de ambas. Pero también una causa mayor es que ha caído la inversión como consecuencia de la falta de expectativas favorables en la economía.

En muchos de los casos, quienes cuentan con recursos suficientes prefieren esperar hasta que se despejen las dudas que siembran medidas económicas nacionales cambiantes. El mejor ejemplo lo da la caída en las exportaciones de los vinos fraccionados -que son los que generan el valor agregado de la mano de obra- y el crecimiento de las salidas del país de los vinos a granel, como consecuencia de la falta de competitividad, que genera un dólar planchado; junto a una inflación que no puede ser controlada.

Según afirman los propios productores, también se ha producido un envejecimiento de la mano de obra especializada en las fincas. Dicen, por ejemplo, que los podadores más “jóvenes” están rondando los 45-50 años y que no se produce un recambio.

Por eso, hacia un futuro no muy lejano, imaginan modificar los viñedos a los efectos de poder realizar la poda y la cosecha de manera mecánica. Y estamos hablando de fincas relativamente cercanas a los centros poblados de Luján, Maipú o Guaymallén, que figuran entre los departamentos con mayores dificultades para la obtención de empleo.

Cubrir entonces las necesidades crecientes de empleo necesita, en forma urgente, de la preocupación de las autoridades. Una de las medidas, que tendría repercusión en forma inmediata debería pasar por generar la confianza necesaria para que crezca la inversión, especialmente en el área de la construcción, o que se solucionen los inconvenientes generados por las medidas económicas a los efectos de favorecer la exportación de productos con valor agregado.

La restante solución es a más largo plazo y debería centrarse en establecer planes para que pueda alcanzarse el recambio necesario en la mano de obra especializada que reclaman los productores. No resulta una tarea fácil, pero deben intentarse las soluciones.

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