El observatorio de rayos cósmicos Pierre Auger, situado en Malargüe, no sólo continúa su trabajo en la detección de estas extrañas partículas de energía cercanas a 1.020 eV (electrónvoltios) que llegan desde el espacio y bombardean constantemente la Tierra desde todas las direcciones, sino que amplía el campo de las investigaciones con más países y científicos intervinientes y nuevos proyectos como AERA, HEAT, Amiga, Amber, entre otros.
En el caso específico de AERA (Auger Engineering Radio Array) es un novedoso sistema de antenas para medir las tenues y breves señales de radio (en el rango de frecuencias de decenas de MHz) que se producen en las cascadas atmosféricas producidas por rayos cósmicos de ultra alta energía.
Para ello, se utiliza un arreglo de 160 antenas convencionales, con una electrónica de procesamiento de señales desarrollada para este fin.
El doctor en Física y líder del proyecto, el holandés Jörg Hörandel, explicó que estas antenas de AERA están activas las 24 horas del día, al igual que los detectores de superficie del Observatorio Pierre Auger.
"Las lluvias de partículas caen a la atmósfera, las partículas primarias chocan con la atmósfera y esas descargas generan partículas secundarias. Esos subproductos, conocidos como electrones, al atravesar la atmósfera van emitiendo estas especies de ondas de radio un poco más largas que las de las Fm, ya que van desde los 30 MHz hasta los 80Mhz y son captadas por nuestras antenas que utilizan digitalizadores de última generación".
Al respecto, el doctor en Física Ricardo Satto destacó que "esta investigación es meramente científica y que aporta solamente al conocimiento porque no hay hoy una idea de aprovechar este subproducto como desarrollo tecnológico, aunque no se descarta que esta herramienta en el futuro pueda ser usada para algo".
En este proyecto, que es complementario al mismísimo Pierre Auger, trabajan científicos de distintas universidades de Holanda, Francia y Alemania. Para tal fin, se eligió una zona de 20 kilómetros cuadrados en El Sosneado donde se están colocando las 160 antenas.
"En un principio se instalaron 24 antenas y después otras 100 por lo que ya tenemos un total de 124 antenas que están midiendo y obteniendo datos oficiales. Este proyecto puede emplear nuevas técnicas para la observación de rayos cósmicos, técnicas que hace cinco años era una posibilidad y hoy es una realidad", manifestó Hörandel.
De esta manera, el proyecto de AERA, como el proyecto HEAT, que permite detectar rayos cósmicos con energías diez veces más bajas (1017 eV), utilizando telescopios de fluorescencia similares a los de Auger, y tantos otros, seguramente permitirán que el observatorio permanezca durante mucho más de 20 años como se pensó en un principio y sea un laboratorio de conocimientos físicos en el sur provincial.
Es importante destacar que los rayos cósmicos de energías más bajas provienen de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, mientras que los de las más altas energías posiblemente sean extragalácticos.
Ampliar el rango de energías con HEAT y estudiar la composición de los rayos cósmicos permitirá deducir a qué valores de energía se produce la transición entre la componente galáctica a la extra galáctica, afirman los investigadores.