La reunión entre los presidentes de la Argentina, Mauricio Macri, y de Chile, Michelle Bachelet, realizada días pasados, no alcanzó una repercusión importante en los medios de la Capital Federal pero resultó fundamental para las provincias limítrofes con el país trasandino.
Porque se pusieron sobre la mesa los objetivos estratégicos para facilitar la salida al Pacífico y la integración con nuevos mercados y, esencialmente, la conectividad entre los dos países, que incluyen pasos fronterizos, muchos de ellos ubicados en Mendoza.
No quedan dudas de que el gobierno chileno le otorgó una trascendencia especial a la reunión. Bachelet concurrió con la totalidad de su gabinete y cada uno de sus integrantes se reunió con sus pares argentinos, mientras Macri se comprometió a facilitar las gestiones a los efectos de concretar acercamientos entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur.
Pero más allá de esos objetivos estratégicos, resulta importante centrarse en los beneficios que pueden alcanzar a nuestra provincia los acuerdos alcanzados. Es sabido -y Los Andes se ha hecho eco del tema en numerosas oportunidades- que el actual corredor internacional necesita de obras urgentes porque se encuentra colapsado. Miles de camiones recorren una ruta que fue diagramada para un tránsito menos intenso, a lo que se suma la cantidad de vehículos particulares que cruzan de un lado a otro la cordillera, tanto por motivos económicos motivados por la diferencia de precios en Chile, como turísticos, en la salida a las playas del Pacífico.
De acuerdo con lo señalado por el ministro de Economía de la provincia, Enrique Vaquié, participante de las reuniones, los dos países han alcanzado acuerdos para impulsar la construcción de un segundo túnel vehicular en el paso Cristo Redentor, refuncionalizando la vieja traza del ex tren Trasandino, que será acondicionado para ser utilizado como segunda vía para el paso de la cordillera. La obra insumirá una inversión de 600 millones de dólares, los que serán solicitados por el país al Banco Interamericano de Desarrollo a través del Fondo de Integración Regional. La obra tendría una duración de 4 años para quedar concluida y permitirá dos carriles de circulación en cada uno de los túneles.
Pero no todo queda circunscripto a esa obra importante, sino que también se habló de la Variante Palmira, que nacerá en San Roque y concluirá en la intersección de las rutas 40 y 7, en Agrelo, con doble vía de circulación y un plazo de construcción de 24 meses, lo que aliviará sin dudas el tránsito de camiones en los accesos Este y Sur. Serán fundamentales los trabajos que se desarrollarán para reducir la peligrosidad de las curvas de La Soberanía y Guido, lugares donde se producen actualmente muchos de los accidentes en la alta montaña, y obras de seguridad en la ruta, a través de la construcción de terceras vías de circulación en varios de los tramos entre Potrerillos y Uspallata y entre esta última localidad y Las Cuevas. Los pasos de El Pehuenche y el de Las Leñas también estuvieron en las conversaciones. En el primero de ellos la ruta está pavimentada en su totalidad y sólo restan trabajos en las aduanas, mientras en Las Leñas hay que determinar cómo se van a financiar los estudios para el futuro túnel.
Mendoza debe profundizar las acciones que desarrolla en conjunto con las autoridades de la V Región de Chile y ambas deben trabajar para que los gobiernos centrales desarrollen acciones para la concreción de las obras. No debemos olvidar que gobiernos anteriores también se comprometieron a ejecutarlas pero todo quedó en meros anuncios.
