En el clásico, Obras derrotó a Murialdo y mira desde arriba a todos los demás clubes. El equipo orientado por Martín Inzirillo está afilado y ayer lo demostró frente a los amarillos de Villa Nueva que, por mucho tiempo, la única llegada en profundidad fue después del saque de media cancha del inicio y solamente gravitarían en el último cuarto.
Minutos después, Obras se adueñó de la esfera y controló el partido. Fue certero y muy desequilibrante.
En un torneo tan parejo como el masculino, hay que saltar a ganar todos los juegos y esta premisa la entendieron mejor los Rojos y por esto pegaron dos cachetazos antes de los diez minutos del primer cuarto. Primero quebró el cero Egüren y después sumó López. Desde ese momento a Murialdo todo se le hizo más cuesta arriba.
No iba ni un minuto del segundo cuarto, cuando Carballo convirtió el tercer gol de los Rojos desde el punto penal.
Sobre el final del tercer cuarto, Egüren capitalizó muy bien un pase del capitán Guillermo Barbeito.
En los últimos minutos del cuarto final, los canarios se acordaron de atacar y así nació el tanto del honor desde el stick de Leo Castronovo.
Pero aún quedaría el último festejo del Tornado Rojo de Benegas, un jugadón: Egüren por la izquierda, la tocó Barbeito y Carballo le puso el toque final al 5-1. Gol y a otra cosa.
En el clásico del nuevo milenio, Vistalba y Alemán empataron 1-1. El tanto Verde fue de Pascal Lienaux y los Albos celebraron gracias a Mauro Valencia.
