El canal Cacique Guaymallén, parte del paisaje de Mendoza, que se remonta a los primeros pobladores prehispánicos y de la Mendoza fundacional, es una pieza clave en la transformación de la geografía árida cordillerana; un complejo sistema de conducción de agua, vital para más de un millón de habitantes.
Así se proclama en un excelente video sobre el histórico curso, que se difundió antes de la reciente audiencia pública realizada para tratar la situación y el diagnóstico de problemas que tiene el viejo zanjón, planteándose qué puede hacerse para remediar el atraso de intervención sobre el mismo desde hace muchos años.
Algunas palabras para referirnos a su trascendencia. Su curso recibe la mitad del agua del río Mendoza y la entrega por distintos conductos a la tierra. No solo riega más de 38.000 hectáreas de unos 13.000 productores sino que es el principal colector aluvional de la provincia.
El viejo zanjón tiene 37 kilómetros de largo, pero solo 10 impermeabilizados. A través de sus redes derivadas abastece de agua a las plantas potabilizadoras de Aysam y de Luján de Cuyo y Maipú, pero también recibe el vuelco de efluentes y conduce gran cantidad de residuos urbanos. Este es uno de sus graves problemas, y ahí el Estado no es tan responsable como sí lo es el habitante común que descarga a sus aguas lo inservible.
El sistema entrecruza 7 departamentos con más de un millón de pobladores: Luján de Cuyo, Maipú, Godoy Cruz, Capital, Guaymallén, Las Heras y Lavalle. Esa cobertura lo transforma en foco de atención, preocupación y problema para toda el área Metropolitana y una importante zona productiva del norte provincial.
A mediados de 2013, el gobierno provincial, a través del Departamento General de Irrigación, firmó un acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para estudiar el caso y generar los proyectos tendientes a mejorar el sistema, disminuir los riesgos y potenciar la producción bajo riego.
La tarea fue amplia e interdisciplinaria, con un innovador diseño por capas, convocando a las instituciones interesadas a participar, según su nivel de intervención. Con ellas, durante 2013 y principios de 2014, los participantes diagnosticaron las problemáticas y pensaron líneas de acción posibles que pudieran considerarse como viables e impulsarse como mejoras.
Asimismo, la evidente complejidad del planteo abrió una oportunidad: la posibilidad de poder implementar por primera vez en la provincia una evaluación integral estratégica en el marco de la ley de Ordenamiento Territorial y con ella diseñar una metodología específica de formulación y evaluación.
El trabajo en equipo, el proceso de consulta y la audiencia pública fueron etapas de participación y construcción de un plan de alternativas con respaldo técnico e institucional.
Construir este programa integral hará posible que las instituciones cuenten con las mejores opciones para superar las dificultades urbanas, de riego, agua potable, la contaminación y el destino de desagües.
Esta herramienta permitirá impulsar múltiples obras que mejorarán su aprovechamiento productivo y social y abrirá el Sistema Cacique Guaymallén a un futuro de usos crecientes, siempre con la mira puesta en cuidar el agua.
Algunas de las instancias que se espera superar con este plan es evitar construir barrios o centros poblados pegados al curso. Otro asunto que sería de mucho beneficio general en materia de saneamiento es que los ciudadanos eviten arrojar residuos al interior de este verdadero río, lo cual significaría un paso mayúsculo en su conservación y adecuada utilización.
El plan de acción que requiere modernizar el histórico canal y ponerlo al servicio de la población está calculado en 5 mil millones de pesos, dependiendo de las alternativas que se elijan.
Se trataría de una solución para los próximos 50 años que demandaría obras que insumirían al menos una década para su ejecución. Los mendocinos esperan que este proyecto se cumpla, y no ocurra como con tantos otros planes y acciones que desaparecieron con el tiempo.
