Obligada a acostarse con diez obreros por día

Juzgan a una pareja acusada de prostituir a su hija a los 16 años. El hecho ocurrió en el año 2000 en Santa Rosa. La menor era entregada a obreros golondrina a cambio de dinero. El debate es a puertas cerradas.

Obligada a acostarse con diez obreros por día

Pedro F. tiene 51 años y es un obrero rural de Santa Rosa, que acaba de llegar a juicio, acusado de haber prostituido a la hija de su mujer, a la que ambos habrían entregado a distintos obreros golondrina a cambio de dinero. De ser encontrada culpable, la pareja arriesga una condena que podría estar por arriba de los diez años de prisión.

El caso fue denunciado por la propia víctima, que contó en la Fiscalía el miedo que sentía a que sus hermanas menores pasaran por lo mismo que ella, cuando en la vendimia de 2000 tuvo que prostituirse con cosechadores, que le pagaban a su padrastro para estar con ella.

"Lo mío fue hace mucho tiempo y ya los perdoné", dijo en un momento: "Mi miedo es por mis hermanas menores; no quiero que les pase lo mismo".

Pero más allá del perdón de la joven, lo que hoy tiene en sus manos el fiscal de Cámara, Oscar Sívori, es una acusación muy grave que se desprende de ese relato y, según el cual, la madre de una joven que en 2000 tenía sólo 16 años permitió que su concubino le buscara clientes sexuales, entre grupos de cosechadores de uva en Santa Rosa.

"Es difícil saber la cantidad de gente que pagó por estar con esa niña, pero por lo que se está escuchando en el debate, han sido no menos de diez obreros por jornada", señalaron desde los tribunales.

El juicio es llevado adelante por el juez Eduardo Orozco y tanto Pedro F. como Ilda, su pareja, están acusados por el delito de facilitación y promoción a la prostitución y arriesgan una condena que, de ser encontrados culpables, podría arrancar en los diez años de cárcel.

Triste

"Es triste escuchar lo que está saliendo a la luz pero, por lo que ella misma cuenta, aceptó acostarse con obreros de la cosecha para así tener dinero y poder comprar leche y pañales a su bebé, una plata que ni su padrastro ni su madre le daban", explicó una fuente y siguió:

"La chica subía a un Falcon que tenía Pedro F. e iban a distintas fincas o galpones donde vivían los obreros, que pagaban y se turnaban para estar con ella".

Es que en 2000, la joven hacía poco tiempo que era mamá, pero se había peleado con su novio, por lo que su padrastro, Pedro F. le habría propuesto conseguirle hombres para acostarse y repartirse la plata.

"Aceptó y así fue que se pasó toda esa vendimia yendo de un lugar a otro, a veces en galpones o en casas donde vivían los obreros. Pedro cobraba 20 pesos a cada hombre y le daba la mitad del dinero a la joven", explicó la fuente.

Sin dinero de sus padres, en condiciones de vida muy humildes y sin la posibilidad de un trabajo, la chica habría ejercido la prostitución durante más de un año para mantener a su bebé, generalmente con obreros rurales, hasta que una noche decidió escapar de su casa por una ventana.

"Eso es lo que ha contado. Dice que no volvió a verlos, que lo suyo ya pasó, que pudo superarlo e incluso que los perdonó pero también dice que, por comentarios de un familiar, le llegó el rumor de que su mamá y su padrastro estaban preparando a sus dos hermanas menores para que también ejercieran la prostitución, y que entonces decidió denunciar el tema".

Hasta el momento y según las pruebas y testimonios aportados durante el debate, no hay indicios de que las hermanas menores de la joven hayan sido obligadas a prostituirse ni tampoco hay indicios de abusos.

"Lo que sí está cada vez más claro es la terrible experiencia que ella tuvo que pasar. Su testimonio ante el tribunal es claro, preciso e incluso está respaldado por el testimonio de algunos testigos", concluyó la fuente consultada.

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