El arte ancestral del Feng Shui (que significa literalmente viento y agua) es un antiguo sistema filosófico chino de origen taoísta basado en la ocupación consciente y armónica del espacio, con el fin de lograr de éste una influencia positiva sobre las personas que lo ocupan. Es decir, a través diseño y la decoración de nuestro hogar, el Feng Shui busca mejorar las condiciones ambientales del espacio, buscando la armonía y bienestar de nuestra casa. Es por ello, que es importante elegir correctamente todos los elementos a utilizar en la escenografía de tu casa.
EVITÁ LOS OBJETOS EMPOLVADOS
Intentá quitar el polvo de los objetos al menos dos veces por semana, ya que el polvo no permite pasar la energía. La ausencia de polvo ayuda a atraer la salud y vitalidad a tu hogar.
AL FENG SHUI NO LE GUSTAN LOS ESPEJOS
En el Feng Shui, los espejos representan la energía activa, por lo que puede que te roben energía durante el sueño y no descansés bien, te lenvantés cansada o con dolencias en el cuerpo. Evitá tener espejos en tu habitación.
HUÍ DE LOS RELOJES SIN BATERÍA
Un reloj parado hace que la energía también se pare y se quede estancada, por lo que puede influir en tu estado de ánimo y en el avance de tus proyectos. Si tenés relojes así, poneles pila y hacé que fluya la energía.
TIRÁ LOS OBJETOS ROTOS
¿Tenés algún objeto roto por ahí? ¡Tiralo! Según el Feng Shui estos objetos están relacionados con la falta de autoestima, por lo que si conservás objetos rotos es debido a la sensación de que no te merecés algo mejor.
CAMBIÁ LAS FLORES MARCHITAS
Las flores secas o con el agua turbia, pueden estar generando malas vibraciones en el entorno debido a la decadencia de la energía. Si tenés flores, cuidalas y mantenelas con agua limpia para revitalizar la energía del hogar.
NO MÁS CUADROS TRISTES O VIOLENTOS
Los cuadros, pósters o cualquier imagen triste o con carácter violento, atraen las malas energías y crean un ambiente de tensión en el que seguramente prefieras no estar.