Obesidad y sobrepeso, nuevos tratamientos para una nueva epidemia

¿Qué es la obesidad?

La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial "prevenible"", que se caracteriza por acumulación excesiva de grasa, hasta un punto donde se asocia con numerosas complicaciones, enfermedades y un incremento de la mortalidad. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando aumenta el índice de masa corporal (IMC).También es signo de obesidad un perímetro abdominal aumentado, en hombres mayor o igual a 94 cm y en mujeres mayor o igual a 80 cm.

Aunque la obesidad es una condición clínica individual, se ha convertido en un serio problema de salud pública, y va en aumento.

Tipos de obesidades

Exógena: debida a una ingesta superior a la necesaria, para cubrir las necesidades metabólicas del organismo.

Endógena: obesidad producida por disfunción de los sistemas endocrinos o metabólicos.
Difusa, a menudo constitucional, frecuente en la infancia o en la adolescencia, tiene muchas probabilidades de que persista en la adultez.

Hombres y mujeres tienen obesidades diferentes. La obesidad "ginecoide", frecuente en la mujer, predomina en la parte inferior del cuerpo (caderas, nalgas ), trae problemas motores, articulares, vasculares.

Y la obesidad "androide", frecuente en el hombre, se localiza en el abdomen. Las complicaciones más frecuentes son metabólicas, diabetes, hipertensión arterial, aumento de colesterol y/o triglicéridos. Todo esto conduce a mayor riesgo de enfermedades cardio-vasculares.

En la mujer en la menopausia se produce un cambio en la distribución de la grasa, la que se deposita en el abdomen, con las respectivas consecuencias, igualándose a los riesgos del varón.

Otras causas que pueden desencadenar obesidad son el embarazo o la lactancia; la supresión de la actividad física, enfermedades hormonales o metabólicas, el abandono del tabaquismo, la etapa posterior a una intervención quirúrgica, estrés, depresión, shock psicológicos.
Por lo tanto no podemos hablar de obesidad , hablamos de "obesidades".

Tratamiento

Una vez que el paciente y el profesional aceptan la "naturaleza crónica" de la enfermedad, deben trabajar juntos para estructurar un tratamiento personalizado, lo que implica un real cambio de estilo de vida, un nuevo modo de comer y realizar actividad física.
 
Lo que significa "aprendizaje" y luego un programa para mantener lo logrado. Existen infinidad de dietas de moda, populares, que prometen perder peso con rapidez, pero que rara vez funcionan, ya que cuando se abandona el régimen, es muy probable que se recupere el peso perdido. Lo que causa fracaso y frustración.

Los médicos debemos considerar la "farmacoterapia" solo si el paciente no logra perder peso con cambios de estilo de vida.

Cualquier fármaco usado para tratar la obesidad debe satisfacer 5 importantes criterios: 1. Reducir el peso. 2. No tener propiedades adictivas. 3. Los efectos deseables deben superar sus riesgos. 4. Debe poder utilizarse por largo plazo. 5. El mecanismo de acción debe ser conocido.
En realidad, muy pocos son, hoy, los que cumplen con estas condiciones.

Frecuentemente las personas que han realizado muchos tratamientos sin resultados o que no pueden mantener el peso conseguido son a quienes ahora podemos ayudar con las nuevas armas terapéuticas.
 
Adelantos de la medicina

Existe ahora en la Argentina (en Europa y Estados Unidos se usa hace más de 15 años) una estrategia médico-dietética basada en una restitución proteica equilibrada, con proteínas de alto valor biológico, reduciendo grasas e hidratos de carbono, lo que provoca una disminución de la grasa del organismo sin disminuir la masa magra o muscular.

Acelera el metabolismo rápidamente y mantiene un balance calórico negativo; reduce moderadamente la flaccidez, compacta la celulitis y produce rejuvenecimiento cutáneo.

Esto ocurre sin tener sensación de hambre y manteniendo un estado general óptimo, con sensación de más vitalidad, debido a los oligoelementos aportados y al estado metabólico desencadenado en el organismo.

Estos tratamientos tienen resultados muy efectivos a corto plazo y aseguran el mantenimiento de las metas alcanzadas.

¿Es una dieta milagro? No, porque no sirve para cualquier paciente y porque no funciona sin la participación activa tanto del paciente como del médico.

Tiene tres etapas:

Etapa activa: se pierde del 75% al 80% del peso que se debe bajar.

Etapa de reeducación alimentaria: con incorporación progresiva de alimentos.

Etapa de mantenimiento del peso: logrado a largo plazo.
 
Ritmonutrición

Consiste en aplicar al campo de la nutrición los conocimientos de la cronobiología, rama de la biología que estudia los ritmos según los cuales funcionan los seres vivos, los que son controlados por "relojes biológicos" y modulan nuestro metabolismo. Están calibrados alrededor de las 24 hs del día; esto es, "ritmo circadiano".

La cronobiología nutricional consiste en sacar pautas de nutrición de estos ritmos Hay que tomar los alimentos en el momento de máxima eficacia.

La ritmonutrición es ganar en salud al ritmo de nuestro cuerpo.

Nutracéuticos

Hoy los médicos estamos indicando, cada vez más, la ingesta de nutracéuticos, que son una muy buena opción terapéutica, en lo que coincido con la Dra. Mónica Katz, directora del post-grado de Obesidad de la Fundación Favaloro. Es decir, ingredientes naturales presentes en los alimentos que se estandarizan, envasan y funcionan como suplementos de la alimentación, o como aportantes beneficiosos para la salud.

El término nutracéutico fue acuñado en 1990 por la Foundation for Innovation in Medicine. Se trata de un producto natural con acción terapéutica. Los que usamos para sobrepeso y obesidad producen sensación de saciedad, disminución del apetito en general o especial para las cosas dulces y queman grasas.

No podemos dejar de hacer hincapié en la actividad física, adaptada a las posibilidades de cada uno. Es importante que sea placentera y realizada en forma constante

No hay órgano del cuerpo que no se vea beneficiado con ella. Contribuye a la vitalidad y bienestar general.