Cuando faltan dos semanas para el desenlace de la reñida contienda por la Casa Blanca, el presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney acumulaban ayer gastos de propaganda televisiva por casi 1.000 millones de dólares mientras millones de estadounidenses votaban por adelantado a lo largo del país.
Ohio se ha perfilado cada vez más como el epicentro de la campaña proselitista de ambos contrincantes en estos tiempos de dificultades económicas. El desempleo en ese estado alcanza 7%, por abajo de la media nacional de 7,8%. Obama ha efectuado en Ohio más actos de campaña que en ningún otro estado, mientras Romney ha programado en el mismo numerosos discursos en pos de un avance.
Luego del último debate, Barack Obama y Mitt Romney encaraban recorridos incansables por los estados que en las dos semanas que restan podrían darles los votos necesarios para superar el empate que marcan las encuestas.
Al día siguiente del enfrentamiento televisado en Florida, consagrado a la política exterior y en el cual el presidente y su rival republicano trataron de convencer a los electores de centro e indecisos, ambos reanudaron su campaña.
Obama, cuyo equipo difundió en la mañana de ayer un video y un documento marco en forma de programa, permanecerá en Florida, estado que podría ser decisivo el 6 de noviembre, donde pronunció un discurso en Delray, a 80 km al norte de Miami.
El mandatario viajará luego a otro estado crucial, Ohio (norte), para asistir a un segundo mitin electoral, en el que se encontrará con su vicepresidente, Joe Biden. Hoy, su gira se convertirá en un maratón con etapas previstas en Iowa, Colorado, Nevada y California, donde participará de un programa de televisión.
Por su parte, Romney recorrió ayer varias localidades de Nevada y Colorado, los dos principales estados del oeste en los que puede decidirse el resultado de los comicios.
Obama apostó a su condición de comandante en jefe durante el debate del lunes de noche, cuando catalogó a su adversario de incompetente y dubitativo en política exterior. Esa estrategia ofensiva de Obama parece haber dado sus frutos, a juzgar por los sondeos instantáneos, que daban al presidente saliente vencedor del debate, con diferencias mayores o menores.
Sin embargo, según Christopher Arterton, especialista político en la universidad George Washington, Romney “fue capaz de mostrar que no era el conservador peligroso y desbocado que Obama intentó despreciar”.
“Lo que demostró el gobernador Romney es que no está en condiciones de ser el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Demostró una falta de conocimiento en profundidad de lo que ocurre en el mundo”, afirmó por su parte el vicepresidente Joe Biden ayer en la cadena ABC.
Atacado a propósito de su “falta de programa” para los próximos cuatro años, el equipo de Obama replicó ayer de mañana difundiendo un “Proyecto para Estados Unidos” para “seguir haciendo avanzar a Estados Unidos y restablecer la seguridad económica de la clase media, un nuevo patriotismo económico”.
Ese plan llama a invertir en la educación, el sector manufacturero y fuentes de energía estadounidenses. Defiende una reducción del déficit, a través de un reequilibrio de ingresos y gastos que exija una mayor contribución de los ricos, y se refiere al fin del involucramiento en Afganistán como una oportunidad para “reconstruir nuestro país”.
Obama y Romney están cabeza a cabeza en la mayoría de los sondeos nacionales, a pesar de que el presidente saliente conserva una ventaja en varios estados clave, donde Romney debería ganar si quiere llegar a la Casa Blanca. Esa ventaja se ha reducido en los últimos días, augurando un final de campaña encarnizado.