El presidente estadounidense Barack Obama llamó ayer a Turquía y Rusia a superar sus tensiones bilaterales por el avión ruso derribado en la frontera con Siria para concentrarse en el “enemigo común” que constituye el grupo yihadista Estado Islámico.
Las fuertes tensiones entre Moscú, que lanzó bombardeos en Siria en apoyo al régimen de Bashar al Assad, y Ankara, que derribó la semana pasada un avión ruso en la frontera siria, complican aún más la lucha contra el grupo Estado Islámico y una eventual solución política al conflicto sirio.
El enfrentamiento entre ambos países llevó a que el presidente ruso Vladimir Putin rehusara reunirse el lunes en París con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan.
Putin acusó incluso a Turquía de cubrir el contrabando de petróleo de Estado Islámico en Siria, que representa una de las principales fuentes de ingreso del grupo yihadista, razón por la que, según el mandatario ruso, Ankara derribó el avión ruso la semana pasada.
"Tenemos todos los motivos para pensar que la decisión de derribar nuestro avión fue dictada por la voluntad de proteger estas vías de paso del petróleo hacia el territorio turco, precisamente hacia los puertos donde es cargado en buques cisterna", declaró Putin.
Acusación rechazada por Ankara, para quien el avión había violado el espacio aéreo turco.
“Hemos hablado acerca de cómo Turquía y Rusia pueden trabajar juntos para aliviar tensiones y hallar un camino diplomático para resolver este asunto”, dijo Obama tras reunirse en París este martes con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan al margen de la conferencia sobre el clima.
“Tenemos un enemigo común que es el Estado Islámico y quiero asegurarme de que nos concentramos en esa amenaza”, agregó. La víspera, Obama se reunión con Putin.
Erdogan, que pidió al presidente ruso Vladimir Putin que presente pruebas que sustenten la acusación de que Ankara comercia petróleo del grupo Estado Islámico, dijo que estaba dispuesto a dejar atrás el incidente.