Que la mediática Malena Guinzburg (38) compartiera su alegría por descender de peso y -a pedido de sus seguidores en la red social Instagram- se haya animado a contar de qué se trató la dieta con la que perdió 5 kilos en un mes, es un motivo más que suficiente para que los especialistas llamen la atención en este aspecto.
Es que a medida que el calendario avanza a los meses de calor, muchos apelan a planes alimentarios que prometen el ansiado descenso en la balanza en poco tiempo.
Sin embargo, el consejo más repetido por parte de los profesionales de la salud consiste en que siempre la dieta debe tener el seguimiento y la recomendación médica adecuada, debido a que ningún plan de este tipo es general para toda la población sino que debe ajustarse a varios aspectos de cada persona.
Así, las características fisiológicas, el estado de salud, el ritmo de vida, el metabolismo e incluso, los hábitos cotidianos, se sumarán a otros aspectos individuales, como la talla, peso, estatura y kilos de sobrepeso.
Todo, en suma, deberá ser evaluado por el/la nutricionista, quien a su vez podrá trabajar de manera interdisciplinaria con otras especialidades para estudiar el estado general del paciente y si tiene o no enfermedades preexistentes.
"No cualquier persona puede hacer cualquier dieta. Cuando alguien adelgaza son muchos los estímulos que recibe y corre el riesgo de sufrir un efecto rebote", explicó Roberto González Pancher, médico especializado en obesidad y delegado en Cuyo de la Sociedad Argentina de Obesidad.
De acuerdo a lo explicado por Guinzburg en su cuenta de Instagram, su secreto para sentirse mejor con su físico, tal como lo expresó, consistió en seguir al pie de la letra la dieta del "metabolismo acelerado" de la nutricionista Hailey Pomroy, cuyo contenido se encuentra detallado en un libro de su autoría.
La dieta del metabolismo acelerado se basa en un famoso método elaborado por la nutricionista Hailey Pomroy.
En líneas generales, este plan consiste en separar por días la ingesta de alimentos, eliminando de lleno el trigo, el maíz, los lácteos, la soja, el azúcar refinada, la cafeína, el alcohol, las frutas secas, los jugos de fruta y los endulzantes artificiales. La última regla de los no permitidos es quitar de la mesa los alimentos “light” tan buscados en las góndolas para estas épocas.
Para González Pancher, quien además es el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, en realidad esta dieta está más cerca de las llamadas cetogénicas, donde la ingesta de carbohidratos queda desplazada. Explicó que el riesgo de ello consiste en que el adelgazamiento muy rápido hace que los ácidos grasos se diseminen por el cuerpo pudiendo afectar a los riñones o producir afecciones hepáticas.
Así, el especialista enfatizó en que si lo que se desea es bajar de peso, esto tiene que estar controlado por el especialista a cargo y, sobre todo, dar tiempo al cuerpo porque ésta es la única forma de mantener en el tiempo el peso logrado.
“Adelgazar es un trabajo complejo y también requiere de la educación por parte del paciente”, destacó el profesional y recomendó que siempre el plan alimentario debe estar acompañado de una rutina de actividad física.
Efecto rebote
Soledad Bastiani también es nutricionista y una de las profesionales que sigue la línea de nutrición basada en las pautas del médico Alberto Cormillot. “A mi criterio, este tipo de dietas no sirven porque ponen en riesgo la parte metabólica y además podemos despertar alergias”, mencionó al sumar los efectos contraproducentes de restringir al máximo la ingesta de hidratos.
Para la especialista, que integra el equipo de profesionales del Dieta Club de Chacras de Coria, un aspecto fundamental es que las personas en general comprendan que lo principal desde el punto de vista nutricional es “formarse hábitos”.
De este modo, aconsejó, el paciente logra bajar de peso más lento pero de manera más efectiva y saludable. De lo contrario, detalló, se está prohibiendo al metabolismo un alimento que necesita.
Bastiani ejemplificó que si, por ejemplo, el cuerpo está acostumbrado a contar con un bollito de pan por día para transformarlo en energía, cuando ese bollito de pan no está más y después de un tiempo se lo volvemos a dar, allí no lo suelta más.
Es decir, que por un mecanismo natural del organismo ese hidrato será más difícil de eliminar. Justamente de eso se trata el denominado “efecto rebote”. Por eso, lo ideal -ilustró Bastiani- es dividir ese bollito de pan en cuatro y administrarlo de manera adecuada.