Nunca es tarde para abrazar lo nuevo

Nunca es tarde para abrazar lo nuevo

Cuando Adriana, de la ciudad de Guaymallén, me escribió para invitarme a visitar a su papá, Edgardo, de 84 años, supe que él era la persona que tenía que conocer durante mi recorrida por Mendoza.

Una vez en su casa, me encontré con un hombre de ojos cálidos que con mucho orgullo me contó que nunca faltó a una votación: lloviera o hiciera frío, más allá de la edad y que no fuera obligatorio, el siempre optó por salir de su casa y vivir los domingos de elecciones con la alegría de saber que estaba ejerciendo un derecho valioso.

Durante la charla que compartimos, hablamos de sus sueños, de sus preocupaciones y sus necesidades. Me dijo que su deseo hoy es cobrar una jubilación digna, que le alcance para llegar a fin de mes tranquilo, y también me contó que a pesar de las dificultades está convencido de que no es tarde para que haya un cambio en la Argentina, para que las cosas mejoren y comencemos a explotar todo nuestro potencial.

Edgardo es un gran ejemplo de cómo podemos involucrarnos desde nuestro lugar y aportar nuestro granito de arena.

Es importante entender que la política no es sólo de los políticos y que si queremos que las cosas cambien todos debemos volvernos protagonistas y tener un rol activo como ciudadanos.

Creo que en Edgardo se reflejan las ganas de cambiar que se respiran en toda la provincia, las mismas que hicieron que los mendocinos eligieran a Alfredo Cornejo como el próximo gobernador en las últimas elecciones provinciales. Y espero, de corazón, que sean esas mismas ganas las que lleven a los mendocinos el próximo agosto a las urnas, porque los argentinos merecemos vivir de otra manera.

A lo largo de este tiempo, en el que tuve la posibilidad de recorrer este hermoso país en el que vivimos, se ha ido sumando mucha gente valiosa, preparada y con ganas de trabajar por su provincia.

Como es el caso de la candidata a diputada Susana Balbo, una emprendedora que se destaca por haber sido la primera enóloga argentina, una mujer que no tiene miedo a hacer algo distinto y quiere jugársela por lo que es mejor para Mendoza y para su gente.

Mendoza es una provincia que tiene todas las condiciones para crecer, y necesita que le den el impulso para lograrlo. Sus economías regionales se distinguen por la gran variedad de productos que se pueden explotar, que van desde el durazno, la ciruela y la vid, hasta el olivo.

Pero se necesita apoyo e inversión para que los pequeños y medianos productores puedan desarrollarse y producir mejor, a precios más competitivos, para mejorar las condiciones de transporte y reducir los costos de logística, y para obtener una macroeconomía ordenada, estable y, sobre todo, previsible.

La familia de Edgardo, Mendoza y toda la Argentina tienen todas las condiciones dadas para crecer y poder dar lo mejor, sólo necesitan una conducción que se preocupe por los demás y que forme un equipo formado por todos.

Nunca es tarde para poner en marcha a este país que tanto amamos. Juntos podemos hacer de la Argentina el país que siempre soñamos.

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