Al menos cuatro modelos de autos nacionales, en 16 de sus gamas, están al borde de ser alcanzados por los nuevos impuestos internos: son dos versiones del Peugeot 308, cinco del 408 (producidos en El Palomar), además del Renault Fluence GT (de Córdoba) y ocho versiones del Ford Focus que se hacen en General Pacheco.
Todos estos autos tienen hoy un precio mayorista ligeramente inferior a $ 170.000, el límite a partir del cual se incrementarían de golpe un 30% a causa de los impuestos internos, un tributo que fue votado por el Congreso para penalizar a los vehículos de alta gama pero que, ahora, amenaza con dejar fuera de las concesionarias a autos de producción local.
Desde principios de año ya había dos vehículos nacionales que habían cruzado esa raya: la Toyota Hilux SW4 y el Citroën Lounge Exclusive. Esos dos modelos se siguen fabricando en el país, pero ya no tienen compradores locales: se producen sólo para exportación.
Los impuestos internos son el componente más explosivo de un cóctel donde también convergen la inflación y la devaluación: durante los años en que duró el dólar oficial planchado, los autos aumentaban en promedio un 1% mensual.
Ese incremento moderado, por debajo de la inflación real, los fue convirtiendo en una alternativa de inversión, sobre todo a los autos importados de alta gama. Pero a medida que la devaluación se fue acelerando, terminales e importadores también fueron incrementando los precios. Incluso los vehículos de fabricación nacional, tienen un 80% de componentes importados y sus precios siguen la cotización del dólar oficial.
De modo que cuando el Banco Central aceleró la devaluación en el segundo semestre del año pasado, los precios comenzaron a aumentar 3% por mes. Cuando en enero el Gobierno dispuso la devaluación brusca del peso, los precios pegaron un salto promedio de 20% sólo en un mes y las ventas en las concesionarias se derrumbaron. En el primer semestre ya caen 24 por ciento.
Poco antes, en diciembre, el Congreso había aprobado los nuevos impuestos que encarecen un 30% el precio de lista de un vehículo cuyo precio mayorista es de $ 170.000 y 50% para los de más de $ 210.000.
En su reciente presentación del plan ProCreAuto, la ministra Débora Giorgi defendió la vigencia de esos impuestos ya que, argumentó, afectan a sólo 4,1% de los vehículos producidos en el país. Pero el sitio especializado Autoblog.com.ar detectó un detalle que pasó inadvertido en esa presentación: en su Power Point, Giorgi admite que los impuestos internos en realidad alcanzan a 2,56% de los modelos nacionales y que la diferencia para llegar a ese 4,1% es por los vehículos “potencialmente alcanzados” por el impuesto.
En los hechos, detrás del eufemismo de los porcentajes, están esas 16 versiones que hoy están en el límite. De acuerdo a los datos de la ministra de Industria, esos vehículos “están hasta 6% del límite para tributar considerando la dispersión de precios de concesionarios”.
En las terminales automotrices mantienen un silencio hermético sobre sus estrategias de precios. Pero una fuente cercana al sector aseguró que durante los próximos dos meses las terminales pisarán los precios más caros para ganar tiempo y buscarán negociar con el Gobierno el tema de los impuestos. “Ahora se lanzó el plan ProCreAuto, que era el primero que tenía en agenda el Gobierno. Veremos si luego se podrá analizar el tema de los impuestos”, agregó la fuente.