Como cada comienzo, el año 2018 trajo consigo un mensaje cargado de esperanza que nos lleva al indefectible deseo de cambio.
Tal como en un ritual, cuando las agujas del reloj se posan sobre el tan ansiado 12 que marca el paso al primer día del año, nos invade una sensación de renovación que –para ser honestos– muy pocas veces concretamos.
Por eso, hoy te proponemos que canalicés toda esa energía en un plan realizable. Nada de promesas inalcanzables y propósitos utópicos. Y qué mejor que ese proyecto se realice en el hogar, ese espacio que nos cobija después de un largo día de trabajo o estudio.
Julieta Moya, licenciada en Diseño de Interiores, comenta a Estilo que no existen espacios difíciles de diseñar, pero sí algunos que no fueron pensados de manera correcta en los anteproyectos.
“Es el caso de los rincones o pasillos distribuidores con dimensiones poco aptas para el ocio. Suele suceder, por ejemplo, cuando el propietario adquiere una casa ya edificada. Allí, encontrar una funcionalidad para esos lugares requiere un esfuerzo extra”, dice y añade que en su trabajo “la creatividad no tiene límites”.
A la hora de develarnos el secreto para conseguir el “balance” perfecto en un ambiente, no duda al afirmar que para alcanzarlo es necesario que la armonía, el comfort y la funcionalidad del espacio se dé en su totalidad. Es decir, lograr una combinación entre el amoblamiento, las circulaciones y los espacios de aire, donde la existencia de espacios vacíos es “totalmente necesaria” para lograr la armonía conjunta.
“Los espacios de aire son indispensables en cualquier estilo: desde los más cargados hasta los más sobrios. Que existan en un ambiente nos permite, visualmente, descansar del ruido que los elementos que los componen puedan generar”, dice. “Pero claro, en los estilos clásicos son vitales porque hay muchos más elementos en el ambiente, a diferencia de los contemporáneos que son más sobrios”.
¿Qué se usa hoy?
Actualmente, a la hora de decorar un espacio, los elementos a usar los determina el estilo al que se somete la obra. Y Moya añade: “es tendencia lo escandinavo, bohemio o boho chic, vintage o lo industrial”. Entre los principales accesorios, la joven diseñadora destaca una breve lista:
Macetas: pueden ser de cemento o fibrocemento. Con plantas sobrias, tanto en interiores como en exteriores.
Fotos: son una manera cálida y acogedora de realzar un lugar. Se pueden usar con o sin marco y jugando con distintos tipos de impresiones.
Iluminación: este segmento está dominado por las lámparas LED. Colgantes, sobrias, arañas y artefactos de embutir.
Espejos: infaltables, sobre todo en espacios reducidos como rincones y pasillos. Su finalidad: ampliar visualmente el ambiente.
Vinilos decorativos: permiten personalizar el diseño, dando flexibilidad sin limitaciones de estilo. No ocupan espacio en volumen, ideales para sectores de circulación.
Muebles de guardado: ideales para rincones. Se pueden acompañar o reemplazar con lámparas de pie o revestimientos destacados por una iluminación adecuada.
Recomendaciones
Conseguir un espacio vistoso y bello, se logra a través de una buena selección de elementos. “El ruido se genera cuando hay demasiada carga de elementos o bien éstos no son compatibles entre sí. La clave del diseño está en saber combinar e integrar la totalidad del espacio de manera estética y funcional. Y eso se puede lograr fácilmente escogiendo desde el color de los muros y los revestimientos de destaque y de pisos teniendo en cuenta los elementos de decoración. Lo ideal no es pensar las cosas por separado, sino reflexionar sobre el ambiente completo desde el momento base del diseño, ya sea del espacio nuevo o bien la intervención de uno existente”, concluye la especialista.
