Otra vez robaron en la escuela técnico agraria Miguel Amado Pouget, ubicada en una zona rural-urbana del distrito El Bermejo, sobre la calle Alejandro Mathus Hoyos. Los ladrones, que sustrajeron alimentos en cantidad y elementos varios, no sabrán que uno de sus "méritos" fue haber privado ayer del almuerzo a unos 250 alumnos que comen en el establecimiento y sin la jornada de clase de la tarde. El delito se descubrió muy temprano, alrededor de las 7.
Los saqueadores contaron a su favor que en esa madrugada no concurrió el sereno que el colegio tiene asignado, situación que se trataba de aclarar, ya que una circunstancia similar se registró en un robo anterior. "Fue gente que conoce bien el lugar y las rutinas de la escuela", dijeron empleados con antigüedad en la institución. El núcleo principal del ilícito se cometió en la cocina, de donde la gavilla se llevó leche en polvo (12 kg), yerba, azúcar (10 kg), arroz (4 bolsas de 5 kg cada una) y lentejas, para citar los productos más importantes. Igual suerte corrieron cubiertos, ollas, platos, tazas, termos y una gran tetera que era el símbolo de ese ambiente culinario.
De una habitación contigua, que funciona como quiosco, los amigos de lo ajeno se llevaron una pesada fotocopiadora, un horno microondas, un radiograbador y otras pertenencias. Por la mañana apareció parte del botín, que los ladrones abandonaron, al parecer porque no les alcanzaron los brazos para transportar tantos elementos o porque sufrieron alguna otra complicación.
El robo privó del almuerzo a unos 250 estudiantes, de los 350 que conforman la matrícula de la institución, que entrega a sus cursantes el título de técnico agrario, especializados unos en Enología y otros en Industrias Frutihortícolas. Se trata del tercer robo en 9 meses. El primero, y muy importante, fue el 11 de setiembre de 2013, y hace un mes, el 3 de mayo pasado, se produjo la segunda incursión de los vándalos.
En febrero de este año hubo un intento frustrado de robo. Al mediodía, aunque la actividad se desarrollaba lo mejor posible, había desazón entre las autoridades, cuerpo docente y empleados. La regente Pilar Pérez dijo que para poner fin a estas incursiones delictivas habría que cerrar partes estratégicas del kilómetro y medio que conforma el perímetro de la institución. También se debería dotar de alarma al comedor, que es una de las pocas instalaciones que no posee ese elemento de seguridad.
Los malvivientes, que aparentemente saben de que allí no hay alarma, violentaron los candados y barrotes de las puertas de los lugares saqueados con un alicate, que luego abandonaron en la cocina. El cierre de ladrillos que se reclama debería levantarse en los sectores donde están los edificios, ya que, como se ha expresado, tal vez sea oneroso construir un muro en todo el perímetro. Dos autoridades del Gobierno escolar estuvieron presentes en la institución: la supervisora Sonia Suárez y la subdirectora de Educación Técnica y Trabajo de la DGE, Patricia Salomón.
Admitieron que hay que reforzar la seguridad de la escuela técnica, pero no hicieron anuncios al respecto. El entorno del solar donde se ubica la escuela está compuesto por muchos barrios, algunos pioneros como el Viñas de Bermejo (ex Lumaco), y también están las viñas y olivares que sirven para la instrucción especializada de los alumnos. Además hay muchos descampados, con altos pastizales, propicios para que malvivientes observen desde allí los movimientos de las casas de la vecindad. En algunas ocasiones se supo que también los alumnos fueron asaltados y despojados de sus pertenencias. La Policía recorre el área con vehículos, pero evidentemente no alcanza, como lo demuestran los hechos acaecidos.
No pocos piden el refuerzo del personal asignado al destacamento abierto a la entrada del Viñas de Bermejo, cuyos efectivos se encargan de vigilar la entrada y salida de los estudiantes. Dos madres de chicos que concurren a la Pouget no ocultaron su desánimo por el episodio sufrido. Marcela, madre de un jovencito de 4to año, sostuvo que "no terminamos de recuperarnos del anterior delito ocurrido en mayo y ya tenemos que ocuparnos de este nuevo".
Susana Prolongo, mamá de una estudiante de 16 años, afirmó: "Es una canallada; deben ser los mismos de otras veces por la forma en que entran, dirigiéndose al comedor directamente". Los padres dijeron que aguardaban el apoyo del gobierno escolar para reponer parte de los objetos sustraídos. En la anterior ocasión de robo, los padres, docentes y empleados hicieron donaciones particulares y remplazaron la vajilla que había desaparecido.
Ya no "bermejo", cada vez más "rojo"
La zona de emplazamiento de la escuela técnica Miguel Pouget, en el extremo oeste de El Bermejo, era antaño más o menos tranquila. En los últimos años han avanzado los barrios y también la inseguridad. Angela Zapata, presidenta de la unión vecinal del barrio Viñas de Bermejo, señaló que un factor de intranquilidad son los diversos descampados que caracterizan al área.
"Por eso en muchos barrios se habla de cerrar los ingresos", comentó. Asimismo reveló que están en contacto permanente con la comisaría 57a, que es la operativa de la jurisdicción, "pero evidentemente no alcanza. Una buena medida municipal sería que se obligara a desmalezar los terrenos baldíos de las cercanías".
El titular de la Comisaría 57a, comisario Cristian Carvalho, sostuvo que los delitos que reportan son los mismos que vienen produciéndose "desde siempre", aunque también admitió que "hacemos lo mejor que se puede; en ocasiones no damos abasto". Para el funcionario el patrullaje nocturno es una estrategia que se repite 2 ó 3 veces en la noche y no negó que los baches que luego quedan son propicios para las incursiones delictivas.
