De la mano de personajes como el tomero “Justo”, la gotita “Nieves” y el perro “Cacique Guaymallén”, creados por el reconocido dibujante Chanti, 38.000 alumnos de cuarto grado de todas las escuelas públicas, privadas, albergues y especiales de la provincia aprenderán sobre la importancia de cuidar el agua.
Se trata de material educativo que confeccionó el Departamento General de Irrigación (DGI) en 2013 y que ahora transformó en un manual que se distribuirá gratuitamente para que los chicos trabajen en el aula. En 11 capítulos y seis láminas, el “Aqualibro” cuenta el pasado, presente y futuro del recurso vital de nuestra provincia.
“Empezamos a analizar la pérdida de conciencia que hay con respecto al agua, el derroche que hacemos y la gran cantidad basura que tiramos a los cauces”, comenzó a explicar Fabiana Álvarez, coordinadora de Educación en Ciudadanía del Agua, programa que lleva adelante Irrigación.
Según se informó -y tal como sale destacado en el libro- los mendocinos utilizamos en promedio 450 litros de agua por persona por día, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 250. Además, en un año Irrigación debió sacar de los cauces unas 5.000 toneladas de basura.
“Queríamos revertir esa falta de solidaridad y respeto y qué mejor que hacerlo desde la escuela, que es donde se gestan las acciones que pueden producir un cambio en la sociedad”, remarcó Álvarez.
En conjunto con la Dirección General de Escuelas (DGE) trabajaron en la estructura, los ejes temáticos y la elaboración del material, que primero se difundió como fascículos y al año pudo imprimirse como manual. “Nos quedaba la deuda de que fuera un libro que estuviera en las manos de los alumnos y este año pudimos lograrlo”, aseguró la coordinadora.
Por su parte, Walter Berenguel, director de primaria de la DGE, expuso que el manual está pensado para utilizarse diariamente en el aula. “Toma el agua como un hilo conductor y con eso se van desarrollando aprendizajes transversales que pasan por todas las materias: lengua, matemáticas, ciencias naturales y sociales”, describió. Además, señaló que se sugirió incorporarlo a la clase de música para que los estudiantes aprendan tonadas mendocinas relacionadas con las compuertas, las acequias y toda la tradición hídrica.
El funcionario comentó que se eligió cuarto grado para su inclusión ya que en esa instancia los chicos comienzan a ver el territorio provincial y departamental. “Se decidió instalarlo allí porque el aprovechamiento del agua que hizo el hombre tiene mucho que ver con la historia y la geografía de Mendoza”, recalcó, e indicó que como en ese grado hay un sólo maestro, él mismo va a poder adecuar los contenidos del libro de acuerdo a las necesidades pedagógicas.
Distribución en las escuelas
El “Aqualibro” ya comenzó a repartirse en algunas escuelas de Malargüe, el Este y el Gran Mendoza, y se terminará de distribuir antes de las vacaciones de invierno.
Los alumnos de la escuela Juan Martínez de Rosas de Godoy Cruz fueron unos de los primeros afortunados en recibirlos. “Los libros fueron entregados el miércoles pasado en una reunión que incluyó papás, abuelos, bisabuelos y toda la familia”, contó Susana Osella, vicedirectora del establecimiento.
Allí los chicos recibieron el material con mucha alegría. “Estaban muy entusiasmados porque es un tema que les interesa mucho y porque pudieron encontrar respuestas para saber por qué es tan importante cuidar el agua”, recordó la directiva.
En esa escuela ya habían comenzado en 2013 a trabajar con los fascículos por lo que han podido notar el impacto positivo. “Son ellos los pequeños grandes difusores y la verdad es que se hacen escuchar en un tema crucial para nuestra provincia”, subrayó.
