Nuevo intento de preservar el acueducto colonial

Vecinos de El Challao renuevan su compromiso para que se proteja la construcción que sirvió para dotar agua a los mendocinos del siglo 19. Temen que desaparezca por el avance del sector inmobiliario en la zona.

Nuevo intento         de preservar el acueducto colonial

En medio de jarillas y cactus, cubiertos por un viejo aguaribay, casi escondidos en terrenos de El Challado se encuentran dos grandes arcos realizados en piedra y argamasa que pertenecieron al acueducto colonial.

Se trata de un sector de la estructura de 12 km que dotaba de agua pura y cristalina a los mendocinos que vivieron en los albores de 1800 en la vieja ciudad.

Hace casi 20 años expertos mendocinos descubrieron esta antigua obra que nacía en este distrito lasherino y culminaba en la fuente de la plaza Pedro del Castillo, en Capital. Para ponerla en valor entre 2003 y 2005, un grupo de vecinos de esa zona pedemontana de Las Heras presentaron un pedido de protección a los organismos oficiales.

De hecho en ese entonces la comuna la declaró patrimonio histórico, turístico y cultural del municipio, pero no tomó ninguna acción concreta. Este año la comunidad retomó la solicitud de conservación del sitio ya que teme que desaparezca debido al sostenido avance del sector inmobiliario.

"La declaración de interés municipal de 2005 establecía cómo debía protegerse el acueducto pero la verdad es que nunca se le dio prioridad porque la presión inmobiliaria es mucho más conveniente para determinados funcionarios que la protección del patrimonio", se lamentó Brenda Junín, vecina y presidenta de la Fundación Pedemonte.

En ese entonces se abrió un expediente en la Dirección Provincial de Patrimonio, pero no prosperó. Como los vecinos no se dieron por vencidos en 2014 se volvió a hacer una presentación en Patrimonio que tuvo el mismo resultado negativo. A pesar de la situación desfavorable este año exigieron nuevamente su protección en todos los frentes.

Así, han presentado el pedido a nivel nacional, tanto en la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, como en la Cámara de Diputados a través del legislador Guillermo Carmona. Renovaron su solicitud tanto en patrimonio provincial como en el municipio.

“Creemos que hay varios restos, hace 20 años eran visibles en muchos lugares del piedemonte pero ahora están ocupados con loteos, de hecho casi todo el trazado de este acueducto ha quedado cubierto por barrios”, remarcó el arquitecto Juan Carlos Marinsalda también vecino de El Challao.

Para Junín es fundamental contar con una rápida decisión política. “Que no se queden en trámites administrativos, de enviar papeles como respuesta, esta situación requiere velocidad porque se trata de un espacio muy amenazado por la presión inmobiliaria”, aseguró.

“Hay pocas ciudades en el mundo que han desaparecido por terremotos. Por eso Mendoza está obligada a recuperar su patrimonio, ya que tiene muy pocos lugares de 200 años”, señaló a la vez que catalogó al acueducto como una joya. “No es un resto sin importancia, exigimos como ciudadanos que se actúe inmediatamente”, dijo.

Rubén Palero, quien se autodefine como uno de los vecinos más viejos de El Challao se mostró de acuerdo con la conservación de la antigua construcción. “Yo supe recorrer ese acueducto cuando era pequeño sin saber demasiado de qué se trataba”, narró el hombre.

Él ha formado parte de los pedidos anteriores de protección tanto de éste como de otros sitios pedemontanos. “Con el tiempo vemos cómo se van deteriorando los alrededores y nos da mucha pena”, subrayó. Para él más allá de especulaciones financieras e inmobiliarias se podrían conservar ciertas zonas para el turismo.

Historia colonial

Tal como relató Marinsalda a principios del siglo 19 se comenzaron a hacer gestiones para llevar el agua de manantial desde El Challao hasta la ciudad.

“Para cumplir con este propósito se realizó un acueducto con un recorrido de aproximadamente 12 kilómetros salvando un desnivel de 90 metros hasta la fuente octogonal de la plaza Pedro del Castillo que hoy está protegida en la bóveda bajo la plaza”, detalló.

Los restos aún visibles son parte de ese sistema de provisión de agua que comenzó a funcionar a fines de 1815, según informó el arquitecto.

“Ahora estamos festejando el Bicentenario de la formación del Ejército de los Andes, por lo que es importante recordar que este sistema hídrico estaba funcionando en ese momento, cuando aquí estaba el ejército libertador”, remarcó.

El experto detalló que toda la ciudad juntaba el agua de la fuente para llevarla a sus hogares pero que es probable que hubiera otros puntos de aprovisionamiento de agua distribuidos en toda la ciudad de ese entonces.

“Creemos que el sistema siguió funcionando incluso después del terremoto de 1861, con algunas reparaciones, hasta que fue abandonado a principios del siglo 20 que es de cuando se conservan fotografías de varios tramos de puentes”, expuso Marinsalda.

Tanto desde la Dirección Patrimonio de la Provincia como desde la municipalidad de Las Heras se mostraron interesados en conservar el acueducto colonial.

“Es una construcción importantísima, testigo de cómo se captaba agua y trasladaba en el siglo 19, época en que San Martín organizó la campaña libertadora”, manifestó el director de Patrimonio Cultural y Museos, Marcelo Nardechia quien destacó además que para una provincia como Mendoza la historia de la conducción del agua tiene un valor máximo.

Según recordó el arquitecto, anteriormente se hicieron reiterados pedidos de protección pero durante gestiones anteriores no se viabilizaron. Ahora ellos recibieron en su dirección una nueva nota con la propuesta de conservación y aseguran que próximamente se abocarán a resolver el tema.

“Vamos a tratarlo en el Consejo Provincial de Patrimonio, que hemos vuelto a reflotar y que probablemente se junte la semana que viene”, adelantó el funcionario. De esta reunión podría salir un dictamen para que el Ejecutivo lleve adelante el trámite de la declaratoria provincial que buscarán trabajar en conjunto con la Comisión Nacional de Monumentos.

“Es uno de los instrumentos que se están buscando para protegerlo”, detalló.

Por otra parte, Nardechia aclaró que una vez que se logre la declaratoria habrá que seguir un camino legal fundamental. “Estamos hablando de conservar patrimonio que se encuentra en un terreno privado, por lo que vamos a tener que hacer reuniones y consensuar con el propietario”, afirmó.

Desde prensa de la comuna lasherina desempolvaron el documento que declaró al acueducto patrimonio histórico, turístico y cultural del municipio en 2005.

“Desde entonces lamentablemente no se hizo nada, pero ahora el intendente Daniel Orozco ha tomado cartas en el asunto porque pretende que se resguarde”, explicaron y contaron que el mismo cacique envió una nota a la Comisión Nacional para que sea declarado monumento nacional.

“Se pensó como la vía más rápida para que se haga algo y se contó con el apoyo de Julio Cobos para agilizar el trámite”, informaron.

Proyecto integral

Más allá de proteger el acueducto colonial, el proyecto de la Fundación Pedemonte en El Challao busca revalorizar todo el sector donde se encuentra.

“Buscamos rescatar tanto la importancia del agua, la conducción que se le dio hace 200 años como y la flora nativa para el arraigo del suelo”, explicó Brenda Junín. Aclaró que sería “como un lunar” dentro de una expansión inmobiliaria.

“Más allá de lo patrimonial, se está nivelando y taponando cauces, lo que expone a la ciudad a un gran peligro aluvional. Están formando un tobogán gigante para el agua en esta zona de abanicos aluvionales”, se lamentó.

Necesaria protección

Las páginas de este diario reflejaron con gran alegría el descubrimiento del acueducto subterráneo colonial, allá por enero del 2002. Fue un equipo conformado, entre otros, por el arqueólogo Horacio Chiavazza los que llevaron adelante la investigación que comenzó hace 20 años.

Consultado por este diario el experto recordó que en el 1997 les llegó un comentario de una estructura en El Challao que podía corresponderse con el antiguo acueducto que estaban buscando.

“Iniciamos un trabajo de relevamiento muy importante, encontramos fotos históricas y pudimos detectar en dónde se ubicaban las trazas donde se tomaba el agua, más arriba en la zona de campings”, relató Chiavazza. Contó que en esos años empezaron a desarrollar un proyecto con comunidades de la zona que se hicieron eco.

“Articulaba intereses de vecinos, científicos, valoración y desarrollo económico, pero en vistas de que no existieron voluntades políticas el proyecto, nos vimos excedidos”, dijo el profesional.

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