Desde Bodegas de Argentina, cámara vitivinícola Nacional, que representa a bodegas grandes, medianas y pequeñas de todo el país, vemos con sorpresa y gran preocupación, el motivo por el cual el Ministerio de Hacienda de la Nación decidió marcar con el gravamen que oscilará hasta el 10% y 17%, para el vino y para espumantes, respectivamente, basándose en que el vino es un producto no saludable.
Creemos que es un concepto desafortunado, ya que el vino da prestigio e imagen al país.
El vino es una economía regional, que sustenta a miles de familias e incentiva al turismo de cada provincia vitícola. El vino no es una bebida industrial, sino un producto natural, con fuerte base agrícola, y es beneficioso para la salud. Esto último se fundamenta en estudios científicos que así lo avalan, los mismos en que se basó la ley que declaró al vino argentino bebida nacional.
Bodegas de Argentina, la cámara representativa del sector vitivinícola más importante del país, trabaja hace años en la educación del consumidor y lleva adelante desde el 2013 la Comisión de Consumo Responsable que promueve el programa de origen europeo Wine in Moderation para promocionar el consumo y mostrar sus bondades.
Este programa internacional, que aplican gran parte de las ciudades vitivinícolas, sostiene que el vino consumido moderadamente, en las medidas recomendadas, acompañado de un estilo de vida saludable y con una dieta alimenticia equilibrada, es beneficioso para la salud.
Se basa también en que el vino es una bebida natural, obtenido exclusivamente a partir de la fermentación alcohólica total o parcial de uvas frescas.
El vino es un complemento ideal para las comidas y parte de la dieta mediterránea que ha sido declarada como Patrimonio de la Unesco.
El vino es parte de nuestra cultura y tradición. La producción y consumo de vinos de Argentina se remonta a más de cuatrocientos años.
El vino es un recurso, una forma de vida, que da empleo y sustento a mucha familias, desarrollando varias zonas en nuestro país no solo por su producción, sino por el turismo que trae asociado.
El vino contiene sustancias fenólicas que actúan como antioxidantes:
•inhiben la incorporación del LDL colesterol a las arterias
•reducen enfermedades causadas por radicales libres
Hay un menor riesgo de contraer diabetes tipo 2, ya que el alcohol mejora la resistencia a la insulina:
•Está comprobado que la mitad de los efectos cardioprotectores se deben al alcohol, una vez que altera de manera positiva los lípidos de la sangre.
•El problema cardiovascular ocurre cuando el LDL colesterol (malo) se deposita en las paredes de las arterias y se acumula y forma placas y coágulos que la bloquean.
•El alcohol estimula la formación de HDL colesterol (bueno) que remueve la proteína de baja densidad de LDL colesterol de las arterias donde se formaban las placas.
•También reduce la viscosidad o coagulación de los glóbulos rojos que pueden formar un coágulo y bloquear la circulación sanguínea (trombosis) a nivel cardíaco o cerebral. (Lacost L et al. 2001)
•El alcohol posee un efecto antiinflamatorio sobre los vasos sanguíneos retardando la parición de arteriosclerosis. (Estruch R et al., 2004).
•Muchos factores intervienen, como la edad, el índice de masa corporal, etnia, historia familiar, estado de salud, uso de medicamentos, la velocidad en que es consumido, si se acompaña o no con alimentos, influyendo en su absorción.
•Se debe evitar en ciertas situaciones como embarazo, ingesta de medicamentos o asociado al trabajo con máquinas.
•Un consumo moderado y regular de vino está asociado a un menor riesgo, que beber la misma cantidad en una sola ocasión (fin de semana).