Nuevo Código Civil: inadecuado tratamiento

En un tema tan crucial para la vida de las personas como es la modificación del Código Civil, no había necesidad de apurar y forzar ya su tratamiento en una Cámara, puesto que el año próximo requerirá de un nuevo e intenso debate que llevará a muchas modi

Nuevo Código Civil: inadecuado tratamiento

Con la reciente asunción de nuevos ministros, luego de la reaparición de Cristina Fernández tras su reposo médico, el gobierno nacional ha dado muestras de una saludable intención de replantear aspectos de su gestión que durante años sólo contribuyeron al mal clima político y social que caracteriza a la Argentina en estos días, como que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, decida encarar libremente la requisitoria periodística .

En ese mismo marco, Capitanich ya anticipó que irá al Parlamento cuando sea requerido por los legisladores. Igualmente manifestó su intención de reunirse con gobernadores de otro signo político. La decisión de resarcir a Repsol por la expropiación de YPF es otro buen síntoma.

Sin embargo, algunos hechos recientes demuestran que, lamentablemente, la adaptación a esa nueva impronta a aplicar puede ser más un lavado de cara superficial que un cambio profundo.

Aquí un ejemplo: Capitanich había anticipado a poco de asumir que el debate sobre el nuevo Código Civil y Comercial iba a ser trasladado, en definitiva, al próximo año, en especial a partir de marzo, cuando se reanuden las sesiones ordinarias del Congreso.

Tal anuncio se presentó como algo muy atinado teniendo en cuenta, en primer lugar, que el abordaje de semejante y tan trascendente propuesta ya había generado lógicas diferencias de difícil conciliación en virtud del contenido de esa fundamental pieza jurídica.

Pero, la promesa de posponer el tratamiento del Código Civil y Comercial se aplicó a medias, porque finalmente en el Senado el oficialismo, cámara iniciadora en el tratamiento del proyecto, igual avanzó para lograr la media sanción, que se produjo al cabo de una maratónica sesión en la que los legisladores del Gobierno terminaron votando por mayoría en soledad, ya que la oposición decidió no convalidar con su presencia la aprobación de un tema para el que consideraban no se habían dado las condiciones necesarias.

Fue lamentable que no se cumpliera con la expectativa de trasladar el abordaje para el próximo periodo legislativo porque las diferencias en cuanto al contenido siguen siendo sustanciales.

Cómo será el nivel de apuro e improvisación que el presidente del bloque oficialista, Miguel Pichetto, admitió en el recinto que votaba afirmativamente sólo por obediencia partidaria porque su voluntad era la de acompañar la iniciativa original.

Es de esperar que insinuaciones de sensatez y búsqueda de consenso como las que ya efectuó el nuevo jefe del Gabinete de ministros se puedan concretar, que se demuestren en los hechos, para que el país de argentinos enfrentados al que nos llevaron tantos desatinos comience una transición hacia una Argentina de diálogo, tolerancia y respeto por los demás.

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