La industrialización en la construcción de viviendas ha llegado para quedarse. Según datos, la demanda de casas prefabricadas se triplicó de 2015 a 2017 en Europa, pasando de 2.000 a 7.000 solicitudes. Lo que hace unos años se veía como una opción para unos pocos va ganando día a día más adeptos en el mercado.
Sé tu propio promotor
Para el cliente, el camino de la autopromoción de su vivienda es más fácil y rápido si trabaja con una empresa de referencia que cuente con despacho de arquitectura propio y con la capacidad de entregar la casa completamente acabada.
Busca un proyecto llave en mano
El precio, para ser llave en mano, debe incluir todos los aspectos que forman parte del proceso de una casa: arquitecto, estudios técnicos, gestiones, interiorismo y equipamiento, cimentación, transporte, grúa de gran tonelaje.
Reúne toda la documentación
Hay que cumplir exactamente los mismos requisitos que en la obra tradicional: proyecto visado por el colegio de arquitectos, tramitación de licencia de obras, cumplimiento de normativa urbanística.
Diseña un proyecto viable
Es básico tener claro si las posibilidades del cliente están de acuerdo con sus necesidades. Por eso es necesario hacer un estudio de viabilidad antes de comprar la parcela, y buscar asesores financieros especialistas en autopromoción.
Busca un lugar idóneo
La elección y compra de la parcela condicionará todo el proyecto. Por ejemplo, un terreno en pendiente puede generar costes de construcción importantes, aunque sea una manera de tener vistas atractivas.
Planifica bien todos los pasos previos
Dedicar tiempo y recursos a los pasos previos a la construcción es una buena inversión. Es recomendable acometer esta fase con arquitectos que estén familiarizados con el sistema industrializado.
Invierte a largo plazo
Si va a ser la residencia principal, es importante asegurarse de no escoger un sistema constructivo a primera vista bonito y eficiente, pero que dentro de 20 o 30 años no asegure su función de inmueble.
Controla la fase de ejecución
Si la planificación previa ha sido correcta será la etapa más fácil de todas. Eso sí, hay que procurar no pedir modificaciones importantes durante esta fase ya que podrían afectar a la licencia o el material encargado.
Sincroniza todos los procesos
Para que el tiempo de ejecución sea lo más ajustado es importante organizar un buen timing que permita solapar trabajos in situ –movimientos de tierra, cimentaciones– con la producción del edificio en fábrica.
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Fuente arquitecturaydiseno.es