Con sus imágenes de ruta y de paisajes, el Tour de Francia es un éxito televisivo mundial, pero para su director de cámaras Jean-Maurice Ooghe, el ciclismo debe aún “entrar en el siglo XXI” y dotarse de nuevos medios tecnológicos para competir con los otros deportes.
“El ciclismo es un deporte que no se puede seguir de otra forma que no sea por televisión”, así comenzó su explicación el director que maneja las imágenes que son retransmitidas a 190 países.
Desde 1997, Jean-Maurice Ooghe se aferra a destacar un deporte de condiciones difíciles, itinerante y sometido a las adversidades climáticas. Desde su camión de producción, él maneja las tres cámaras de los dos helicópteros que siguen la carrera, las de las cinco motos y una decena de lentes fijos instalados en los últimos kilómetros de cada una de las etapas.
“Es un deporte donde no hay tiempos muertos. Siempre hay una carrera más, como la música, a veces el ritmo es muy lento y a veces todo lo contrario. Tal vez no pasa nada durante un cuarto de hora y en dos minutos, cuando uno no se lo espera, hay uno que se cae, uno que pincha, uno que ataca...”, agregó el director francés.
Una de sus novedades fue decorar la carrera con imágenes de “Francia vista desde el cielo” que llamaron la atención de un público indiferente al ciclismo. Un estudio realizado hace algunos años, para France Télévisions, cadena que se encarga de transmitir las carreras en forma abierta, indicó que el 70% de las personas que miraba la prueba lo hacía sólo para ver los paisajes y monumentos.
Avance y tecnología
“Filmamos con drones, ingresamos incluso en los monumentos. A la hora de destacar el patrimonio, difícilmente podríamos hacer más, tampoco estamos haciendo un documental”, graficó.
Ooghe sueña con hacer entrar el espectáculo a la carrera. Esta temporada, cámaras instaladas en los manillares (objetivo hacia adelante) y sobre el sillín (hacia atrás), fueron probadas en la Vuelta a Suiza y de California por iniciativa de los equipos, ofreciendo sorprendentes planos y declaraciones.
Este dispositivo hace su debut en el Tour de Francia. Cada día, cuatro corredores de un equipo diferente llevan esos equipos. Pero nada se usa en directo. La organización difunde un resumen en las redes sociales y France Télévisions.
Para Ooghe, esta novedad no es primoridal salvo que pueda desatar las cámaras a distancia. “En ese caso, se convertiría en algo interesante”, aunque la “geolocalización es la madre de todas las batallas. El progreso que haría entrar la retransmisión en el siglo XXI sería lograr poner un chip a todos los corredores para saber permanentemente dónde están”.
“De ahí parte todo el resto: se podría trabajar una segunda pantalla, hacer aplicaciones para tablets e internet, podríamos ver un equipo, reconstruir un sprint en 3D como se hace con acciones de otros deportes”, finalizó Ooghe.