Nueva York post 11-S

A 14 años de los atentados la Gran manzana luce y se comporta distinto. Sus habitantes lo cuentan, como el Museo y el Memorial del 11 de setiembre.

Nueva York post 11-S

A diferencia de otros paisajes y lugares que se mantienen intactos a través del tiempo y cuyos cambios resultan a veces imperceptibles para la mirada humana, las grandes ciudades son un claro ejemplo de transformación y movimiento constante. La Nueva York que había conocido 16 años atrás era, por un lado, la misma por la que caminaba hoy y por otro, radicalmente diferente de aquella postal guardada en mi memoria.

El tristemente célebre atentado perpetrado a las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001 cambiaría la ciudad (y el mundo) para siempre. La Gran Manzana que había visitado en julio de 1997 y, más tarde, en setiembre de 1999 se había indefectiblemente modificado y con ella sus habitantes y su historia.

11-S: una fecha tatuada en la memoria

John tiene 83 años, hace 50 oficia de guía en los recorridos en ferry que ofrece la empresa Circle Line Cruises. Aquella mañana de martes, rememora a través del micrófono, la compañía suspendió sus tours y puso toda su flota al servicio de aquellos que intentaban -en medio del caos- abandonar la isla de Manhattan.

Lograron evacuar a 30 mil personas, relata John con orgullo mientras el ferry se desplaza lentamente por el río Hudson en paralelo a donde se erigían años atrás las torres diseñadas por Minoru Yamasaki y que se convertirían, a principios de 1970, en los edificios más altos que el mundo haya conocido. Luego agrega que más de dos años se necesitaron para despejar la zona cero y que la ciudad volviera a ser la misma, si es que eso puede considerarse posible.

Nazario es mexicano, hace años vive en Nueva York. Es en esta ciudad donde crió a sus tres hijos y es también aquí donde hoy ve crecer a sus nietos. Cuando le pregunto dónde se encontraba el día de los ataques su rostro amable se torna sombrío y me cuenta que, por aquella época, trabajaba como conductor de limusinas. Todas las mañanas al cruzar de Brooklyn a Manhattan pasaba frente a las dos gigantes de concreto.

Aquel día, mientras estacionaba su vehículo, vio cómo un denso humo negro se apoderaba de la Torre Norte y casi inmediatamente, cómo un avión colisionaba con la Torre Sur. Lo siguiente fueron personas que entre cenizas y desesperación huían del horror. El 11 de setiembre de 2001 también fue el primer día de kindergarten de su hijo menor, quien quedaría marcado por aquella jornada y que durante años dibujaría las torres en papeles que su padre todavía conserva.

“Hoy quiere ser arquitecto” me confía. “Yo creo que tiene que ver con los atentados” sentencia. En retrospectiva, Nazario cree que aquella desgracia volvió más compasivos a los habitantes de la Gran Manzana y dejó al descubierto que nadie estaba exento de una tragedia semejante, aunque el precio que tuvieron que pagar por tal lección fue, sin lugar a dudas, demasiado alto.

Llenar el vacío: memorial y museo

Sin entrar en las controversias que siguieron a los hechos, lo cierto es que el duelo de aquella tragedia fue lento, doloroso y colectivo. Recién en agosto de 2006 se iniciaría la construcción del Memorial que sería inaugurado en el décimo aniversario de los ataques. Tras un concurso mundial que contó con más de 5 mil proyectos presentados pertenecientes a 63 países, la propuesta ganadora fue la de Michael Arad y Peter Walker.

Hoy, rodeados de árboles y dejando al descubierto el vacío no sólo físico sino también simbólico que la caída de las Torres Gemelas del World Trade Center causó en la ciudad, el monumento se traduce en dos enormes piscinas que ocupan el lugar de los cimientos de los rascacielos y se revisten de placas de bronce, con los nombres de las casi 3 mil víctimas fatales que dejó aquella fatídica jornada. Cada tanto una rosa blanca se posa junto a un nombre y es inevitable pensar en qué historia se esconde detrás de cada una de aquellas personas.

El escenario es conmovedor. Levanto la mirada al cielo como intentando volver a ver las edificaciones que se convirtieron en una marca registrada de la ciudad que nunca duerme y que estaban allí la última vez que visité aquel lugar e irremediablemente me estremezco ante el nuevo escenario.

En mayo de 2014 y luego de 13 años de los atentados, abrió sus puertas el museo del 11 de setiembre que rinde homenaje a las víctimas de aquel doloroso suceso. En su interior se recuperan testimonios de sobrevivientes, material fotográfico y audiovisual, se recuerdan las historias de las personas que perdieron su vida aquel día, se exhiben elementos recuperados de los escombros como las columnas de la fachada de las Torres, el motor de uno de los ascensores o la antena aguja de la Torre Norte. Así como también obras de arte realizadas como conmemoración y líneas de tiempo de aquel día entre una interminable lista objetos exhibidos. La visita es un recorrido al interior de una fecha que quedaría grabada en la memoria personal y colectiva de todos.

La Torre más alta

Si los sucesos del 11-S cambiaron el skyline neoyorquino para siempre, la torre One World Trade Center o también conocida como Torre de la Libertad volvería a transformar el perfil de la ciudad. Con 102 pisos este edificio se ha convertido en el más alto en el hemisferio occidental.

Tan sólo 60 segundos demora el ascensor que lleva desde la planta baja hasta la cima y en ese transcurso se proyecta un video en las paredes que muestra el desarrollo de la zona desde el XVI hasta la actualidad, con una ineludible referencia a las Torres Gemelas. El observatorio que ofrece vistas a 360° de la metrópoli fue inaugurado a fines de mayo de este año. Sin embargo, aunque todavía novedoso, este rascacielos ya se ha convertido en un ícono de Nueva York y en una muestra de la resistencia y la valentía de los habitantes de esta ciudad.

Información

Cómo llegar: Aeroméxico dispone de vuelos desde Buenos Aires en su flota Boeings 787 Dreamliner, donde el pasajero podrá disfrutar de mayor espacio y comodidad en las butacas de Clase Turista y la posibilidad de asientos reclinables a 180° en la Clase Premier. Además, de la mejor atención a bordo. aeromexico.com/es/ar/
 
Dónde dormir: Inaugurado en agosto de este año el Dazzler Brooklyn Hotel ofrece cómodas habitaciones con una exquisita decoración, un personal amabilísimo y una excelente ubicación.  www.dazzlerbrooklyn.com

Traslados: Chris Limo ofrece traslados desde el aeropuerto a cualquier punto de la ciudad. http://chrislimousinesusa.com/

Memorial y Museo 9-11:   
www.911memorial.org
Entrada general: 24 dólares.  
Horarios: Domingos a jueves de 9 a 20 h. Viernes y sábados: 9  a 21 h. 
Para visitar el museo se recomienda contar con al menos 2 horas.

Observatorio One World Trade
oneworldobservatory.com
Entrada general: 32 dólares. 
Horarios: Lunes a Domingo de 9 a 21.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA