Además de Nueva York, la jornada electoral en Estados Unidos incluyó comicios a gobernador en Virginia y Nueva Jersey (este) y a alcalde en Boston (Massachusetts, noreste) y Seattle (Washington, noroeste), entre otras ciudades.
En la Gran Manzana, De Blasio, de 52 años y actual defensor del pueblo, se impuso por amplio margen a su rival republicano Joe Lhota, según las proyecciones de CNN y New York Times a partir de sondeos a pie de urna.
Los resultados oficiales, con el 36% de los votos escrutados, daban a De Blasio el 72,7% contra el 24,9% de Lhota, de 58 años y expresidente de la Autoridad de Transporte Metropolitano.
"Nueva York ha elegido el camino progresista", dijo en perfecto español tras su victoria De Blasio, que centró su campaña en presentarse como la antítesis de Bloomberg, un independiente de pasado republicano que dejará el cargo a fines de diciembre tras tres mandatos.
"Mis conciudadanos, hoy se manifestaron con voz fuerte y clara por una nueva dirección para nuestra ciudad, unida por la creencia de que no debe dejar atrás a ningún neoyorquino", agregó De Blasio, acompañado de su mujer Chirlane y sus hijos Dante (16 años) y Chiara (18).
Nueva York, la ciudad más grande de Estados Unidos con 8,3 millones de habitantes, es de aplastante mayoría demócrata y tiene una población multiétnica de 33,3% de blancos, 25,5% negros, 28,6% hispanos y 12,7% asiáticos.
Sin embargo, en los últimos veinte años ha estado gobernada por el republicano Rudolph Giuliani (1994-2001) y Bloomberg (2002-2013), que exhibe como uno de sus grandes logros el haber convertido a Nueva York en "la más segura de las grandes ciudades" estadounidenses, con la tasa de asesinatos más baja en medio siglo.
La familia de De Blasio, clave del éxito
Casado con una afroamericana exlesbiana seis años mayor que él y padre de dos hijos adolescentes, De Blasio encarna al multiculturalismo del que tanto se jacta Nueva York.
La lucha contra las desigualdades es su gran caballito de batalla.
Si bien es una de las ciudades con más multimillonarios en el mundo, el 21% de la población de Nueva York vive bajo el umbral de la pobreza (30.944 dólares anuales para una familia de cuatro integrantes, según el índice de la alcaldía).
Entre las propuestas de De Blasio se encuentra aumentar los impuestos a los neoyorquinos ricos para financiar el jardín de infantes a partir de los 4 años, la construcción de 200.000 viviendas sociales y el mantenimiento de los hospitales barriales.
Para los 2,3 millones de hispanos que viven en Nueva York, su llegada a la alcaldía debería ser beneficiosa, ya que se trata de un político con sensibilidad por América Latina, que habla español y conoce la región.
De Blasio fue de joven un admirador de la revolución lanzada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) nicaragüense que en 1979 derrocó al régimen dictatorial de Anastasio Somoza.
"Voté a De Blasio. Se ve que va a ayudar más a los hispanos y a los morenos. Esperemos que cumpla lo que promete", dijo a la AFP Pedro Luis Seda, un republicano de 60 años y origen puertorriqueño, en la puerta de una escuela del Bronx (norte).
Christie reelecto en Nueva Jersey se posiciona para 2016
De su lado, el popular gobernador republicano de Nueva Jersey (este), Chris Christie, fue reelecto por amplia mayoría, afirmándose así como uno de los políticos de su partido con más posibilidades de llegar a la Casa Blanca en 2016.
Christie, de 51 años y gobernador de este estado vecino a Nueva York desde enero de 2010, conseguía cerca del 60% de los votos contra menos de 40% de su rival demócrata, la senadora Barbara Buono, con el 97% de los sufragios escrutados.
"Felicitaciones al gobernador Christie por su impactante victoria de reelección esta noche", dijo el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC, según sus siglas en inglés), Reince Priebus, en un comunicado.
Christie había llegado a su cargo en las elecciones de noviembre de 2009 venciendo al demócrata Jon Corzine por 48,5% contra 44,9% de los sufragios.
Tras su contundente victoria, el carismático gobernador aseguró que se presentó para la reelección con el objetivo de "terminar el trabajo" comenzado en 2010 y no pensando en la Casa Blanca.
"No busqué un segundo mandato para hacer cosas pequeñas. Busqué un segundo término para terminar el trabajo. Ahora mírenme hacerlo", afirmó.