Durante muchos años, Puente del Inca se convirtió en uno de los lugares emblemáticos para el turismo en la provincia. Sin embargo, por situaciones económicas y hasta por desidia, el lugar fue siendo desaprovechado y pasó a convertirse en un punto lugar "de paso" para muchos viajeros hacia Chile.
Ahora, la Municipalidad de Las Heras decidió recuperar el valor turístico del sector poniendo en funcionamiento la hostería, que ofrecerá alojamiento y gastronomía los 365 días del año. Se agrega un aspecto no menos importante, como es la inauguración de un centro de salud que permitirá cubrir una necesidad tanto para los habitantes de la zona como para los turistas que transitan por el corredor internacional.
Nadie puede poner en dudas la belleza natural incalculable de Puente del Inca. Posee un atractivo que parte de un puente natural y paredes cubiertas por diferentes colores que les otorga el paso del agua por la carcasa ferrugosa, a lo que se suma una historia atrapante, que habla de que el lugar, por sus baños termales, era utilizado por la realeza del imperio incaico para la curación de enfermedades.
A mediados del siglo pasado, y casi por una cuestión estratégica, la Argentina comenzó a incentivar la población en zonas de frontera. En el caso específico de Mendoza, la creación de la Villa de Las Cuevas constituyó un hecho importante que se potenció con el paso del tren trasandino. Pero el cierre del ramal se llevó consigo también la efímera vida de esa localidad fronteriza. Puente del Inca, por su parte, era el lugar preferido por los turistas amantes de la montaña y el utilizado por los andinistas en sus incursiones al Aconcagua.
Se potenciaba con el mantenimiento del regimiento de esquiadores de alta montaña. El alud que se llevó el antiguo hotel y las restricciones impuestas para preservar el lugar por parte de las autoridades, también influyeron para que la zona perdiera la importancia que había alcanzado. En ese marco y por condiciones ambientales más favorables, comenzaron a potenciarse localidades ubicadas más abajo, como Potrerillos y Uspallata, en este último caso con un crecimiento exponencial en los últimos años, quintuplicando la cantidad de habitantes y de emprendimientos hoteleros y gastronómicos.
Otro de los aspectos a considerar se da en el plano de la salud. Uspallata cuenta con un hospital que, a pesar de no cubrir todas las necesidades (se han anunciado importantes inversiones en el ese sentido), resulta fundamental para la zona en razón de que desde allí hasta el límite con Chile no existía ni siquiera un centro ambulatorio para responder ante cualquier necesidad, incluso considerando el hecho de que en las cercanías de Puente del Inca la actividad se potencia como consecuencia del funcionamiento de un centro invernal y de sectores especializados para actividades como trekking o andinismo.
De allí que la decisión de inaugurar un centro de salud en la zona no hace más que responder a una seria necesidad tanto para los residentes como para los turistas.
Los aspectos mencionados ratifican que la decisión de recuperar y poner nuevamente en funcionamiento la hostería ha sido oportuna e interesante. Los más de 350 mil turistas que circulan por la zona y los miles de andinistas que anualmente se instalan en el sector resultarán beneficiados. Pero lo más importante se basa en el hecho de que Puente del Inca puede volver a recuperar aquel viejo prestigio que, por un fenómeno natural primero -el alud- y por cuestiones económicas y hasta estratégicas después, perdió valor a pesar de mantener la incalculable belleza que la naturaleza le otorgó.
