La desaparición de otros 75 inmigrantes en un naufragio en el Mediterráneo causó alarma ayer en Italia, puerta de entrada a la Unión Europea, principal meta del flujo de refugiados provenientes de zonas en conflicto de África.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados(Acnur), basado en los testimonios de 27 personas rescatadas ayer por socorristas italianos, más de 75 inmigrantes que viajaban en ese mismo barco se ahogaron durante la travesía.
“Se les considera por lo tanto desaparecidos en el mar”, recalcó la entidad de Naciones Unidas.
Acnur estima que cerca de 500 inmigrantes y refugiados han muerto desde el inicio del año en el Mediterráneo pese a los esfuerzos de las autoridades italianas que han rescatado a miles ellos en estos meses.
“Según los testimonios, el naufragio ocurrió debido a las pésimas condiciones de la lancha, que estaba sobrecargada con 101 personas” en total, contó el procurador de Catania, Giovanni Salvi.
La justicia italiana abrió una investigación sobre la nueva tragedia que afecta no sólo a inmigrantes que buscan un futuro mejor sino también a refugiados que huyen de los conflictos en Siria, Irak y Eritrea.
El drama ocurrió pocos días después de que fueran hallados por la Marina italiana 45 cadáveres a bordo de otra embarcación llena de refugiados cerca a las costas libias. “Las informaciones no son precisas, no se conoce la cantidad de desaparecidos”, explicaron ayer fuentes de la magistratura italiana
Acnur considera que las nuevas tragedias que se registran en estos días en el Mediterráneo “demuestran que los refugiados no tienen otra salida que optar por arriesgar la propia vida atravesando el Mediterráneo para huir de la guerra y la persecución”, según un comunicado.
“Italia no puede seguir ocupándose de los muertos que a diario devuelve el mar. El Mediterráneo es la frontera de Europa, de toda Europa, que tiene la responsabilidad de encarar una tragedia humanitaria de estas dimensiones”, observó el secretario del partido socialista italiano, Riccardo Nencini, entre los primeros líderes políticos que han reaccionado.
Por la ruta del Mediterráneo pasa cerca del 50% de los inmigrantes y refugiados que intentan entrar a la Unión Europea, la mayoría sirios, eritreos y egipcios.
En los últimos meses se ha registrado también la llegada de numerosos centroafricanos que huyen de la violencia en ese país.
Según la agencia de noticias católica Fides, al menos 12.000 refugiados han pasado por la catedral de Saint Joseph, en Bambari, República Centroamericana, totalmente desprovistos de asistencia. El Obispo de Bambari, Eduard Mathos, denunció la violencia de las milicias de Seleka que obligan a huir a la mayoría de los habitantes.
Por su parte, el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, lamentó el fin “atroz perpetrado por mercaderes de la muerte” a tantos inmigrantes en el mar.
Varios de los 566 sobrevivientes de la barcaza en que fueron hallados el lunes los cadáveres de 30 inmigrantes contaron la trágica travesía. “Nos trataban como a bestias”, contó un joven africano, el cual denunció la violencia y las vejaciones sufridas por parte de los traficantes. “No te puedes echar atrás. Te obligan a subir. Van armados”, contó uno de ellos.
En numerosas ocasiones el primer ministro italiano Matteo Renzi, quien asumió el martes la presidencia semestral de la Unión Europea (UE), ha pedido una mayor solidaridad de las instituciones del viejo continente ante el drama de la inmigración. “Estamos en una Europa que cuenta todos los detalles sobre cómo se pesca el atún o el pez espada, pero cuando en vez de peces en el mar hay cadáveres, Europa mira hacia otro lado, esta no es una Europa digna de ser llamada la Europa de las civilizaciones”, afirmó recientemente.
En total, 51,2 millones de desplazados y refugiados por la guerra y la violencia se registraron en 2013, el mayor número desde la II Guerra Mundial, según datos de la Agencia de la ONU para los refugiados. Se trata de 6 millones más que en 2012, recordó Antonio Guterres, alto comisionado para los refugiados, al presentar el informe a la prensa.