Agosto comenzó con anuncios de nuevos aumentos tarifarios. El primero será el de los combustibles, que prometen subas de entre 5 y 8% en estos días. También se anunció subas de precios en la tarifa eléctrica de 24% promedio para la luz y de un 30% para el gas, a partir del octubre.
La explicación de estos aumentos está dada por la reseca que dejó la brusca suba del dólar, en los combustibles y el resabio inflacionario, en el caso de los servicios. Para el caso de la luz juegan dos componentes. Por una parte, en invierno se usa más combustibles para la generación térmica y esto hace que todavía el gobierno deba seguir subsidiando la generación. Además, está previsto que a partir de ahora se eliminan los subsidios a los grandes usuarios.
Aunque impacte en la zona metropolitana de Buenos Aires, comienzan a ajustarse los precios del boleto de colectivo y de los trenes urbanos a razón de $ 1 por mes y, seguramente, también impactará en el promedio nacional. También han anunciado incrementos las empresas de medicina prepaga.
El gobierno, ayudado por la recesión, se entusiasma porque los índices de precios de Julio estarán en el orden de 2,8%, pero temen que Agosto marque un 3%, lo que llevaría a que el índice anual se coloque más cerca del 32%, aunque el presidente Macri reconoció que los números estarían en el 30% anual.
Aunque son altos, estos números estarían dentro de las previsiones que se elevaron el FMI al firmar el préstamo de U$S 50.000 millones. Aunque el BCRA ya no emite moneda para financiar al Tesoro, hay una inercia de arrastre que se mantendrá un tiempo, además de los ajustes necesarios para que el estado deje de pagar subsidios a los productores.
Por el momento, se anunció que desde noviembre se va a liberar el precio del gas, cuyo valor surgirá de la oferta y la demanda, dado que aumentará la producción en forma significativa. Algunos analistas creen que la rebaja de precios no será tan fácil, ya que las empresas que registran los mayores volúmenes de producción no son muchas y esto permitiría ciertos acuerdos, que deberían ser controlados por el Estado.
En el caso del transporte, la tendencia es a una reducción fuerte de los subsidios, y esto impactará también en las provincias poniendo a prueba las finanzas de cada una. Ya hay provincias en las que los servicios tienen precios cercanos a los $ 26. En los casos donde las concesiones son municipales, esto plantea una imposibilidad absoluta.
Resta saber que actitud tomará el gobierno de Mendoza, ya que el precio del boleto local quedará en un nivel menos al de la Buenos Aires, con el agregado de una gran cantidad de abonos más baratos, hasta muchos boletos gratuitos, que no existen en otras ciudades.
Frente a estas novedades, habrá que ver la forma en que inciden en los índices de precios, así cómo es la forma en la que se trasladan a los costos de las empresas y con ellos a los precios finales que deben absorber los consumidores