Nueva masacre en cárcel de Brasil: más de 30 muertos

Ocurrió en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, en Roraima, limítrofe con Venezuela. Sería el resultado de una pelea entre bandas delictivas, como venganza a las 56 muertes en Manaos.

Nueva masacre en cárcel de Brasil: más de 30 muertos

Al menos 33 presos fallecieron en la madrugada del  viernes en una cárcel del estado de Roraima, en el norte de Brasil, cinco días después de que un sangriento choque entre facciones dejara 56 muertos en un presidio de Manaos, capital del estado de Amazonas. 
Roraima limita con Venezuela, Guyana y Amazonas.

La matanza ocurrió de noche en la Penitenciaria Agrícola de Monte Cristo (Pamc), en las cercanías de la ciudad de Boa Vista, capital de Roraima, según  comunicó  la Secretaría de Justicia y Ciudadanía (Sejuc) del Estado, que inicialmente no detalló los motivos de las muertes.

La Secretaría resaltó que la situación está "bajo control" y que el Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y agentes de la Policía Militar ingresaron al interior del presidio y controlaron la situación.

Según el diario O'Globo, las muertes fueron el resultado de una pelea entre las bandas criminales Primer Comando Capital (PCC) -la mayor del país- y  Comando Rojo, presuntamente en venganza por la muerte de integrantes de PCC a manos de la organización Familia Del Norte, ligada a Comando Rojo, en el motín del pasado lunes en Manaos.

La discusión comenzó a las 3 de la mañana, cuando había unos 15 agentes en servicio en la cárcel que hospeda a unos 1.500 presos. “No fue peor porque pudimos reaccionar”, dijeron los agentes.

Además, los testigos informaron que algunos cuerpos fueron decapitados. En octubre del año pasado diez presos murieron durante una pelea entre clanes rivales en el Pamc, la mayor cárcel de Roraima.

Las muertes de Roraima se suman a las registradas el pasado lunes en el complejo penitenciario Anísio Jobim de Manaos, capital del estado de Amazonas, que fue escenario de una masacre  en la que fallecieron 56 personas por un supuesto enfrentamiento.

Un régimen penitenciario que no da más y estalla

La realidad infrahumana del sistema penitenciario brasileño, invisible para una parte de la población, explota a veces como una bomba y pone de manifiesto la indiferencia con la que Brasil encara este gravísimo problema.

El comienzo del año volvió a ocurrir. En la primera jornada de 2017, una disputa entre bandas acabó con 56 reclusos muertos en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), en el estado de Manaos. Descuartizamientos y decapitaciones sembraron el horror. Fue la segunda mayor masacre en la historia del sistema carcelario brasileño.

Brasil, que ya ha sido citado en diversos informes de Naciones Unidas sobre derechos humanos debido a las condiciones deplorables de sus cárceles, tiene un historial de tragedias tras las rejas. La más grave ocurrió en la cárcel de Carandiru (San Pablo) el 2 de octubre de 1992, cuando la desastrosa intervención de la policía estatal para contener una rebelión en el penal dejó 111 presos muertos.

Hay que señalar que la mayoría de los 622.202 presos que abarrotan las cárceles del país vecino tiene un perfil parecido. Las estadísticas son reveladoras: más del 60% son negros, la mayoría jóvenes y el 75% tiene como mucho educación primaria, según datos del Ministerio de Justicia brasileño.

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