La misma utiliza el sistema “imanlap” y consiste en usar una óptica diferente a la comúnmente usada en laparoscopia tradicional, que permite trabajar en la herida sin necesidad de hacer una incisión en la cicatriz umbilical mayor de 12mm.
De esta manera no se agrede la pared abdominal más allá de esa incisión, que quedará oculta. Luego se realiza el procedimiento en forma segura y eficaz, para lo cual se utiliza un sistema magnético especialmente diseñado para poder movilizar órganos y tejidos dentro del abdomen sin necesidad de hacer heridas o incisiones extras.
¿En qué casos puede aplicarse esta técnica?. Las principales indicaciones son en cirugía por litiasis vesicular (piedras en la vesícula), apendicitis aguda, hernias inguinales, otros procedimientos de diagnóstico y terapéuticos, en procesos agudos ginecológicos, exploraciones abdominales para diagnóstico y tratamiento. También se ha usado con éxito en cirugías de bazo, colon, urológica y de estómago como en casos de hernia hiatal. Es de destacar que se utilizó en cirugías de pacientes embarazadas, por ejemplo en patologías de pared abdominal como la diastasis de rectos con o sin hernias asociadas.
Algunos de sus principales beneficios se relacionan con los excelentes resultados, ya que superan a cualquier técnica laparoscópica, desde lo estético y desde su recuperación, porque se reducen riesgos y complicaciones.
La técnica es muy útil en adultos, ya que fue desarrollada para esa población, pero se realizaron más de 140 procedimientos en niños con el mismo éxito. La cirugía sin huella en pediatría significó un paso importante desde el punto de vista estético (y lo que conlleva que un niño quede sin marcas) y desde lo económico, porque a diferencia de las demás técnicas, utiliza el mismo equipamiento en adultos y niños.
Fuente: Fundación Hospitalaria